Generación Z definirá el futuro de empleos

“Navegar por Internet, descargar aplicaciones, ver tutoriales, darle like a fotos y compartir videos son actividades que caracterizan a los centennials, una generación nacida entre los 2000. Ellos, son prácticamente adictos al Internet y las redes sociales, son usuarios informados, pero vulnerables a la publicidad cibernética”, abundó.

Además, son quienes han iniciado a apostar a licenciaturas e ingenierías innovadoras que las universidades públicas y privadas han comenzado a ofertar a partir de las nuevas necesidades de la industria enfocadas en la generación de biotecnología, cuidado del ambiente, entre otras.

Sin embargo, el hecho de haber nacido en la era digital no garantiza que sean tolerantes a la frustración y que logren establecer relaciones sociales, debido al manejo de las redes sociales que aísla a los jóvenes del contacto físico.

“No se vinculan con un proyecto a largo plazo debido a que no son tolerantes a la frustración; aunado a ello, aún cuando en un entorno de redes sociales, las relaciones personales físicas no son completamente manejables para estos segmentos de la población por lo que trabajar en equipo también representa un desafío al momento de emprender una idea”, añadió.

Dijo que la creatividad es uno de sus pilares, pues mientras que los millennials (nacidos entre 1987 y 1997) desean modificar el mundo que heredaron, la nueva generación desarrollará sistemas innovadores que cambiarán los patrones conocidos por otros impensados.

100% DIGITALES

De acuerdo a un informe de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco), estos segmentos de la población comparten una similitud en cuanto a su perspectiva de trabajo, y es que a estas generaciones no les gusta laborar en una oficina.

Actualmente, cerca del 30% de la población total de mexicanos son de la llamada Generación Z, nacidos después de 1995 y que cursan la preparatoria o alguna carrera universitaria.

Se trata de una generación que, a diferencia de la multiestudiada generación Millennial, son cien por ciento digitales.

Según el sociólogo consultado por esta casa editorial, la Generación Z está acostumbrada a patrones de consumo. Más que sentarse a ver la televisión a una hora fija, bajan de Netflix o Amazon lo que quieren ver.

También están acostumbrados a utilizar Uber, lo que les permite estimar con precisión tiempos de traslado, advertir cuotas por anticipado o evaluar al prestador de servicio.

Con esa misma inercia llegan a las universidades y a ocupar puestos de trabajo. Los estudiantes se comportan con patrones parecidos a los consumidores.

De acuerdo con sus esquemas, la educación sería una credencial y no tanto una formación. “Pagan” por obtener un título en vez de “ganarlo”; la universidad se convierte en un trampolín al mercado en vez de un lugar de formación intelectual. Actualmente los estudiantes universitarios se plantean su decisión de elección de carrera con patrones mentales muy distintos de los que se empleaban en el pasado. Antes, un joven simplemente decidía “matricularse en medicina”; actualmente, se tiene un sentido de misión. Decidirá, por tanto, “estudiar medicina para eliminar los problemas de salud de mi entorno, o para reducir el problema de desnutrición”. No es tan importante el qué o el cómo, sino el por qué y el para qué.