INDIGENCIA HUMANA - Diario Presente

Indigencia humana

“Anda, mi amor, ya quítate la ropa”. La voz del novio sonó al mismo tiempo suplicante y perentoria. “Espera un poco” -replicó la desposada. Insistió el urgido galán: “Vamos, desvístete, mi vida. Ya estamos casados”. “Ten un poco de paciencia, Vehementino” -le pidió ella. “¡No puedo esperar más! -cla...