Alimentos comunes y saludables que se pueden volver tóxicos
Algunos de estos alimentos pueden transformarse en altamente tóxicos incluso cuando no parecen haberse estropeado.
Los alimentos frescos y naturales son preferibles como norma general, pero esto no significa, sin embargo, que no haya que tener unos conocimientos básicos de seguridad alimentaria a la hora de manipularlos.
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Cerezas
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Las cerezas tienen muchos beneficios para la salud: es rica en potasio, fibra y vitamina C, además de diversos tipos de antioxidantes y sustancias antiinflamatorias. Puede incluso colaborar en la prevención e incluso mejora de los síntomas de enfermedades cardíacas o enfermedades autoinmunes.
Sin embargo, tanto las cerezas como otras frutas con hueso tienen una particularidad: contienen semillas que poseen amigdalina, una sustancia que el organismo humano procesa y convierte en cianuro.
Evidentemente tragarse algún hueso de cereza no es peligroso, dado que la dosis es ínfima. El problema se presentaría al consumir una cantidad significativa de huesos molidos por ejemplo si hubiésemos triturado el fruto entero para hacer salsa, dado que la amigdalina se libera cuando se aplasta el hueso.
Nueces de Brasil
Por su parte están las nueces de Brasil, un fruto seco caracterizado por contener cantidades significativas de selenio, un mineral importante selenio, un mineral importante para una buena función tiroidea, entre otros beneficios. También podemos encontrar selenio en alimentos como el salmón, pollo, huevos y determinados tipos de pan fortificado; aunque las nueces de Brasil son el alimento con mayor concentración de dicho micronutriente.
De nuevo, el problema sería la dosis: unas pocas nueces de Brasil pueden proporcionar hasta 200 mcg de selenio, y a partir de 400 mg este puede provocar problemas e incluso ser tóxico. En niveles extremos, el selenio puede dar lugar a infartos de corazón, insuficiencia renal, problemas respiratorios y temblores. Por dicho motivo se suele recomendar comer solo dos o tres nueces de Brasil al día, evitando rozar el límite tolerable.
Papas
La papa es un alimento simple que ha acompañado a la humanidad durante milenios, siendo la base de la dieta de diferentes culturas a pesar de su baja densidad nutricional. Sin embargo, es rica en fibra y tiene un elevado poder saciante, además de ser baja en calorías si se cocina adecuadamente. Además contiene una cantidad nada desdeñable de vitamina B6, potasio y magnesio.
Pero no es buena idea consumir papas con brotes verdes alrededor de la piel: este pigmento es clorofila, pero indica la presencia de solanina, una sustancia que en altas dosis puede causar dolor de cabeza, malestar gastrointestinal, hipotermia y bradicardia. En casos extremos, se ha descrito que la solanina puede provocar la muerte. Por tanto, es aconsejable evitar cualquier zona verdosa de la papa y desecharla, o bien desechar la patata entera si existen muchos brotes.
Alubias rojas
Las alubias rojas o frijoles rojos son un alimento básico en muchas dietas vegetarianas o veganas, es rica en hierro, magnesio y ácido fólico, además de fibra, y tiene un elevado poder saciante.
En este caso, un potencial problema sería su cocción: las alubias secas contienen fitohemaglutinina, siendo las alubias rojas las que mayor concentración poseen. Si se consumen alubías rojas poco cocidas es posible ingerir esta sustancia, la cual puede provocar dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea.
Agua
Tenemos el agua, el líquido elemento sin el cual el ser humano moriría. Se suele recomendar consumir una media de 2 Litros de agua al día, aunque hoy en día se sabe que esta recomendación estándar no es válida para todo el mundo. Hay que tener en cuenta la edad, el género, el nivel de actividad física, y la alimentación en general de cada persona, dado que muchos alimentos como frutas y verduras contienen elevados porcentajes de agua.
En este caso el problema sería el exceso: si se consume una cantidad excesiva de agua, es posible sufrir una hiponatremia o reducción de sodio en sangre, dando lugar a un aumento de la tensión arterial, una reducción de la frecuencia cardíaca o bradicardia y una elevación de la presión a nivel cerebral.
Como consecuencia, es posible sufrir náuseas, vómitos, fatiga, calambres musculares y dolores de cabeza. Y, en casos extremos y raros, puede llegar a ser mortal. De hecho, la hiponatremia del corredor es un mal aún relativamente común entre los corredores de media y larga distancia.
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