Ansiedad: científicos descubren cómo se dispara a nivel químico

En rigor, la ansiedad es un mecanismo de defensa. La evolución dotó a los seres humanos de una señal de alarma que se activa ante posibles amenazas externas.

Con los milenios, los peligros que enfrentamos cotidianamente han cambiado y esto ha colaborado para que el mecanismo biológico detrás de la ansiedad ya no sea precisamente un aliado ante el peligro sino un padecimiento clínico.

Las preocupaciones del mundo moderno han llenado nuestras vidas de posibles disparadores de ansiedad; y la pandemia solo contribuyó para que esta se expandiera aún más por el mundo.

¿Pero qué tan extendida está ansiedad en el mundo? Esa pregunta se puede responder con cifras. Como mencionamos, un 20% de las personas sufrirán una crisis de ansiedad a lo largo de la vida; y de este grupo, un 9% desarrollará un trastorno de pánico.

La ansiedad afecta más a las mujeres que a los hombres. Dos tercios de aquellos que reportan padecerla son del género femenino. Es, además, un padecimiento que se ensaña particularmente con los jóvenes: el grupo demográfico con mayor prevalencia son los jóvenes de 18 a 34 años.

Y sin embargo, se habla poco de la ansiedad en público. Además, la ciencia aún tiene un largo tramo por delante para entenderla y tratarla con mayor eficacia. Sin embargo, poco a poco se dan pasos importantes en esta arista del problema.

Una investigación conjunta entre la la Universidad Autónoma de Madrid y el Collège de France descubrió el papel primordial de la proteína OTX2 en el mecanismo fisiológico que dispara la ansiedad. Según un estudio realizado en ratones, dicha proteína sería responsable de regular el comportamiento nervioso.

Esta molécula ya había sido examinada por su participación en procesos mentales como la depresión o el aprendizaje, pero los experimentos en ratones permitieron vislumbrar que también tiene un papel crucial en el disparador de la ansiedad.

Aunque las investigaciones aún no han concluido, los investigadores confían en que este descubrimiento permitirá desarrollar mejores tratamientos médicos para los pacientes con ansiedad.

Sin embargo, la solución no se encontrará solamente en los laboratorios; también es necesaria la colaboración de la sociedad. Por ello, los científicos del estudio piden a la población desestigmatizar la ansiedad, así como el resto de los trastornos mentales, pues esto permitirá que las personas que la padecen sean atendidas con mayor prontitud y eficacia.