Teapa.-

MISTERIOSA APARICIÓN

La escalofriante historia que en esta ocasión le contaremos aconteció en el hermoso pueblo de Teapa, esa región serrana tabasqueña. Y como todas las leyendas, forma parte de la cultura oral de la localidad.

• A las afueras de Teapa, se levanta un cerro cubierto de selva y neblina, conocido como El Mono Pelón.

De día, es una vista impresionante con ese verdor que lo hace único. De noche, los pobladores prefieren no mirarlo, más cuando la neblina lo cubre con su denso manto.

Los ancianos dicen que, cuando hay luna llena, una luz roja baja desde la cima y se detiene sobre el río Puyacatengo.

En 2005, Don Rubén ´El Güero´ Castellanos, conductor de una camioneta de transporte, volvía al pueblo después de dejar pasaje en Tecomajiaca.

Eran casi las dos de la mañana cuando vio la luz moverse entre los árboles, como si alguien caminara con una antorcha encendida. Frenó para observar mejor el extraño fenómeno.

La luz bajó y, por un instante, vio a una mujer vestida con un rebozo blanco, flotando apenas unos centímetros sobre el agua.

El reflejo del río mostraba otra cosa: una sombra alada, enorme, con ojos encendidos como brazas del mismo averno.

Rubén arrancó el motor, pero el vehículo se apagó solo. Entonces escuchó una voz que dijo:

No temas, sólo paso por los que ya no están". La luz se elevó hasta perderse entre los árboles. Minutos después, el motor volvió a encender.

Al llegar a Teapa, contó lo ocurrido en la gasolinera del pueblo.

Los trabajadores solo asintieron y uno de ellos dijo: ´Siempre se aparece cuando muere alguien del río. Es la bruja del cerro, la guardiana del paso´.

Desde entonces, los pobladores tienen una costumbre: cuando alguien cruza el camino al cerro por la noche, debe dejar una moneda en el suelo y no mirar hacia arriba.

Dicen que, si lo haces, el camino se mantiene libre de neblina y el motor no falla. Pero si ignoras la ofrenda, la luz roja te sigue hasta que amanece.

Lo cierto es que quienes han vivido para contarla, recomiendan mejor evitar la zona para no tener un contacto directo con este ente salido tal vez del mismo infierno.