Con sus  morrales de siempre el anciano de 84 años reta a la pandemia, ya que este dice haber vivido muchos pasajes de este tipo de epidemias y gracias a Dios ha salido adelante, quizás dice porque a diario camina muchos kilómetros para vender sus productos.

Hoy señala que el Coronavirus le ha abierto algunas puertas para colocar sus productos gracias a que las familias han optado por consumir cosas calientes como el chocolate, aprovechando estos remedios caseros para introducir sus productos hechos en casa.

Don Misael confía en Dios y en el sentido humanista que tiene para vender sus productos, además de que asegura goza de buena salud ya que diariamente  camina varios kilómetros para vender sus productos en los 17 municipios del estado, teniendo que tomar transporte público para llegar a sus destinos y comercializar sus productos.

“!Hay doncito! Porque usted no está en casa, y que le voy hacer! No tengo quién me ayude”, son las palabra del hombre originario de este Municipio, y el cual  tiene que torear la muerte para llevar el pan a la casa.

Polvillo, barras de chocolate, tamarindo, son el sostén de este hombre  que dice no temer las advertencias médicas y las propias autoridades sanitarias y policiacas, esto debido a que dice que con cubre boca o sin cubre bocas cuando te vas a enfermar “ya está de Dios”.

Lo cierto que para este anciano no hay pandemia, no hay cuarentena, no hay quédate en casa, no hay Susana distancia, su reto es llevar dinero a su casa y “esperar lo que Dios diga”, expresa con una sonrisa franca y sin dentadura.