A sus nueve años, Bryant se convirtió en un gran guerrero, para el que Dios tiene un propósito en este mundo, pues libró una difícil batalla en la que estuvo entre la vida y la muerte al enfermarse de Covid-19.

EMERGENCIA

La pandemia llegó al hogar de este gran pequeño, todos en su familia se pusieron muy mal, mientras él jugaba, comía y hacía su vida de lo más normal sin presentar síntoma. 

Sin embargo, de repente tuvo una temperatura no mayor a 37 grados, lo cual hizo que sus padres inmediatamente lo llevaran al doctor y posteriormente, su oxigenación bajó súbitamente a 82, por lo que el niño prácticamente parecía deshidratado.

“En cuestión de minutos mi hijo se me puso mal, venimos inmediatamente al Hospital del Niño, donde rápidamente lo atendieron, mi hijo tenía agua en sus pulmones y también nos dijeron que en su corazón, sentía un escalofrío en todo mi cuerpo tan solo de pensar que mi hijo estaba realmente mal, mi esposa en todo momento fue un roble, estuvo fuerte para Bryant, no nos separamos ni un minuto del hospital, teníamos una gran parte de nuestra vida en él y se portó en todo momento como un valiente”, refirió el señor Fausto, papá de Bryant.

Después de 16 días de estar hospitalizado, Bryant fue dado de alta, dijo fueron días difíciles, pero el personal del Hospital del Niño, dio confianza a la familia pues el trato fue inigualable, no hubo distinción de clases sociales ni nada.

Por eso agradecía infinitamente al doctor Carlos Aguilar, Infectólogo del nosocomio; a la neumóloga, Linda Cristell Pérez Juárez; al doctor, Bernardo Ramírez y a las enfermeras, Lupita Tapia, Lupita Sanroman, Lizbet Moscoso, Nelbia, Magalli y Miguel Ángel Hernández, quienes estuvieron pendientes de su hijo, pues le brindaron una atención de primer nivel, desde el camillero, hasta el vigilante y todos en general, pues tienen una hermosa cultura de atención.

“Todo muy excelente y eso ayudó mucho en la recuperación de mi hijo, muchas gracias a todos, en especial a Dios por haberme regresado a mi niño… Gracias a Dios aquí lo tengo”, señaló el señor Fausto entre lágrimas. 

Así también, indicó que todos los padres deben tener presente que no tienen que confiarse, pues el Covid actúa diferente en los niños, pues en el caso de su hijo estaba activo de manera silenciosa y por dentro tenía atrofiadas varias partes de su cuerpo.

“Gracias a su pediatra el doctor Chagoya, quien le detectó a tiempo su problema y pudimos actuar de manera inmediata y venimos al hospital, a donde llegó con neumonía con filtración en sus pulmones y otras afectaciones en su hígado, pero gracias a Dios hay una excelente atención en el hospital y todos los equipos, creo que no hay que tener miedo en dejar aquí a nuestros hijos y quiero también decirle que chequen a sus niños y los vigilen mucho, porque el Covid en ellos actúa igual de manera silenciosa”, remarcó.

De la mano del señor Fausto, su esposa Brisa, dijo que la unión familiar es lo que hace también que los niños salgan adelante tanto en su salud, como emocionalmente.

“El amor de la familia también influye mucho y nuestra familia, no dejo de dar las gracias al Hospital del Niño, por todo lo que hicieron por mi hijo”, manifestó. 

¡A CASA!

Al salir en una silla de ruedas, con una sonrisa que externaba su felicidad, Bryant pidió a los niños cuidarse mucho y alimentarse bien pues eso es algo muy importante para que no se enfermen tanto.

“Quiero agradecer a Diosito, por todo lo que hizo en mi, gracias a todos por todo, por mi salud, voy a comer bien, ahorita voy a aprovechar para descansar y quiero decirle a todos los niños que todo el dolor que se sufra en una cama de un hospital tendrá como recompensa la salud y salir del mismo, creo que cada niño que este bien nutrido, tendrá su bienestar”, añadió.