A Ebrard lo traicionó su origen salinista

Desde el inicio de su campaña Marcelo Ebrard se ha dedicado a golpear al proceso, a Morena y a las demás corcholatas:

Era de esperarse, no me extrañó. Los exabruptos y resbalones cometidos por Marcelo Ebrard durante su campaña en busca de la candidatura por MORENA hacia la presidencia de la República ya los esperábamos. Curiosamente Ebrard ha caminado por ese sendero arropado por y gracias MORENA; de otra forma, no estaría ahí. Sin embargo, este amigo desde el inicio de su campaña se ha dedicado a golpear al proceso, a Morena y a las demás corcholatas: sobre todo a la doctora Claudia Sheinbaum que le hace sombra. No hay duda que con esos resbalones y torpezas le ha venido haciendo el juego a la oposición en perjuicio de Morena y, éticamente, eso no se vale.

Cualquier morenista fiel al movimiento, leal a su fundador diría hoy: ¡no me ayudes compadre! Y si esas torpezas Ebrard las ha cometido hoy siendo aspirante, ¿qué torpezas no cometería como presidente?, ¡y además, con todo el poder que le daría esa investidura! México no aguantaría más torpes y traicioneros, como Peña, Calderón y Vicente Fox. ¡ya chale!

De todos los aspirantes, sin duda que el único que ha dado muestras de torpeza y que dañan la unidad de MORENA, es Ebrard. Y, ante ello, la oposición y Ciro Gómez Leyva están de plácemes. Por otro lado, nos preguntamos: ¿o será que no es por torpeza que Ebrard ha cometido tantas pifias? ¿será que todas sus descalificaciones, agresiones y acusaciones contra el proceso, contra Sheinbaum especialmente, es porque está obedeciendo una línea tirada por Salinas que, desde España y escondido, como un titiritero maneja los hilos de todos los títeres de la oposición? Por el contrario, los demás aspirantes han dado muestras de cordura y de manera reiterada convocan a la unidad de Morena y respeto al proceso.

A mediados del mes de junio dijimos en las páginas de Presente y lo comentamos en TVUJAT, cuando apenas iniciaban sus campañas las corcholatas, que teníamos el temor que el proyecto de gobierno de la 4T, encabezado por AMLO y realizado hasta hoy contra viento y marea, concluyera cuando nuestro paisano presidente dejara el cargo: dijimos que la continuidad de la 4T corría ese riesgo.

También dijimos que MORENA, al no ser un partido político sino un gran movimiento social, se vaya a desintegrar cuando su gran líder fundador se retire a la vida privada. Eso pasó con el PRD cuando la ambición de los “chuchos” y demás lidercillos empezaron a manosearlo para sus fines personales. Afirmamos entonces que, de ese “Partido”, al desintegrarse en pequeñas tribus, sólo quedó un membrete que hoy es usado de manera ignominiosa, por el derechista PRIAN.

Y esa vergonzosa experiencia del PRD nos llevó a preguntarnos: ¿Lo mismo pasará con MORENA cuando Andrés Manuel se retire?; al ganar MORENA las próximas elecciones presidenciales, que sin duda ganará con cualquiera de sus presidenciables, ya hecho gobierno MORENA, ¿continuará con la 4T?

Vimos en eso días que, apenas iniciado el banderazo para que sus candidatos caminaran con sus respectivas campañas, la ansiada unidad morenista empezaba a bambolearse y los golpes bajos y la guerra infamante no se hicieron esperar, sobre todo de parte de Marcelo Ebrard. Y eso lo dijimos hace dos meses en las páginas de Presente y también lo comentamos en TVUJAT.

Afirmamos que ya entre los aspirantes de MORENA, Marcelo Ebrard había empezado a desenvainar la espada al viejo estilo priista. Y esa actitud arrogante y agresiva de Ebrard, sin importarle la unidad de MORENA y el futuro de la 4T se reflejó, desde un principio, en las preferencias de las encuestas que conforme han pasado los días le favorecen menos. Todo esto está escrito y publicado.

Externé también mi desconfianza hacia Marcelo Ebrard, dije que con él corría peligro la continuidad de la 4T: por desgracia no me equivoqué. Reiteré que Ebrard trae sobre sus espaldas una formación salinista que no se ha podido sacudir: no me equivoqué; dije que la cercanía que tuvo con Carlos Salinas, jefe máximo del neoliberalismo, no le favorecería en las encuestas: tampoco me equivoqué. Sus declaraciones reiteradas de desconfianza hacia las encuestas, de que no hay lealtad en el proceso; sus actitudes, desplantes y expresiones misóginas contra la doctora Claudia Sheinbaum, lejos de unir a MORENA, pone en evidencia el Movimiento para plácemes de la oposición.

Ebrard ha dado muestras que a él no le importa la unidad de MORENA, ni la continuidad de la 4T, ni respeta a los demás aspirantes. A él lo que le interesa y tiene como meta es llegar a la presidencia de la República y, obedeciendo a Salinas, hacer a un lado el proyecto de la 4T y retomar los caminos del fracasado neoliberalismo económico. Estoy seguro que si remotamente llegara a la presidencia, una vez en el poder sacaría las uñas y enseñaría el cobre y su formación neoliberal salinista. Su ego, su arrogancia le hacen pensar que la votación que él tiene a su favor se debe a él y nada más; su enorme ego no le permite entender que esos votos se deben al “efecto Obrador”, a los logros de la 4T y a Morena.

Ante el pueblo, Ebrard ha quedado evidenciado como un chantajista y traidor que le está haciendo el juego a la oposición. Estoy seguro que al salirse Ebrard de Morena, que de seguro lo hará para obedecer la línea de Salinas, no votarán ni las moscas por él. Y el gran movimiento histórico nacional continuará.