Altar Mayor

¿Y yo por qué?

“¿Y yo por qué?”, parecería ser la interrogante que le brincó en el subconsciente al respetable ministro Arturo Zaldívar ante las preguntas que el usuario de Twitter, Andrés Kiehnle, le lanzó hace unos días, mediante esa red social, al compartir un video en relación con la violencia que, presuntamente, se ejerce desde el poder central en contra de la  ministra presidenta Norma Piña y el asunto del también presunto plagio atribuido a la ministra Yasmín Esquivel respecto de sus tesis de licenciatura y doctorado.

Las preguntas del cibernauta, dirigidas al ex Presidente de la SCJN fueron: “¿Qué opina de la agresión que se hace todas las mañanas desde Palacio Nacional a su sucesora, la ministra presidente Norma Piña; y la segunda ¿cuál es el posicionamiento de la Corte sobre el plagio de la ministra Yasmín Esquivel, tanto en nivel licenciatura como nivel doctorado, tomando en cuenta que para ser ministro de la corte se necesita ser licenciado en derecho?”

A lo que el ministro dijo: “Lamentablemente no te voy a poder contestar ninguna de las preguntas”.

Y como descargo o somera justificación agregó: “La primera, porque ya no soy presidente de la Corte y a quien le toca tomar decisiones en relación con estos temas, es a mi sucesora. Por respeto a ella, yo he tomado la decisión de no opinar absolutamente nada que tenga que ver con la política de la Suprema Corte (…) Te ofrezco una disculpa, pero por una cuestión institucional no puedo pronunciarme sobre los dos temas que me planteas que, sin duda, son muy importantes”.

Más de uno cree que el ministro buscó así evadir las preguntas o que en todo caso se trató de una tibia respuesta; sin embargo, déjeme decirle lector querido que no fue ni lo uno ni lo otro, contrariamente fue muy explícito al dejar muy en claro que sabe lo que es la institucionalidad.

Por eso fue muy preciso y sin caer en la provocación del tuitero esclareció que él ya no es Presidente de la SCJN y desde esa óptica a quien correspondería contestar la pregunta sería la ministra Norma Piña, ahora titular del Poder Judicial de la Federación.

Pero el ministro, en todo esto dijo algo interesante, que los dos asuntos relacionados con la pregunta, eran importantes.

Y es que ciertamente, al menos en cuanto a uno de los temas cuya importancia se ha ido diluyendo, desde aquel 21 de diciembre de 2022, cuando la revista “Proceso” se refirió a la denuncia de Guillermo Sheridan, sobre un presunto plagio de la tesis que para obtener el título de licenciada en derecho presentara en la Máxima Casa de Estudios la todavía ministra Yasmin Esquivel Mossa.

Respecto a ese asunto existe un caso, el de Franzisca Giffey, ministra alemana, quien dimitiera a la cartera de familia por el debate surgido en torno a un presunto plagio en su tesis doctoral, no sin antes haber manifestado al presentar su renuncia: “mantengo mi declaración de haber hecho mi tesis con el mayor rigor posible. Lamento si cometí errores” (Infobae 19/05/2021).

Pero eso ocurrió en Alemania. En México, aunque desde hace algún tiempo lo más que se ha visto en cuanto a renuncias de algunos servidores públicos es que éstas se han dado “por motivos de salud”, argumento que al ser utilizado como estribillo ya cayó en desuso.

Por eso resulta interesante, para registro del anecdotario político mexicano, tener presente aquella expresión del Presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus “mañaneras” cuando a pregunta de un reportero  --en alusión a la elección del cargo de Presidente de la Corte— subrayó: “Quiero que sea una persona honesta...que no haya amiguismos ni influyentísimo…”

.

El mandatario nacional tiene muy claro los atributos o virtudes que debe tener un ministro de la SCJN como es la honestidad y que debe ser alguien que para resolver lo haga conforme al Estado de derecho sin que existan amiguismos o influyentismos.

Y aunque el caso de la ministra Esquivel Mossa, como señaló el ministro Zaldívar es muy importante, parecería que los atributos señalados por el tabasqueño están dirigidos a otros destinatarios no a los ministros del Máximo Tribunal de la nación cuyo prestigio, al parecer estaría pasando a segundo término, como también el tema del amiguismo y el influyentismo.

O al menos así se ven las cosas en este México mágico de los tiempos actuales. (altar_mayor@yahoo.com.mx)