Apuntes de domingo: "¿Y?"

Este domingo, por ejemplo, me levanté temprano a regar las plantas. Y aprovecho para hablar con ellas.

CUANDO NO TENGO tema escribo sobre el día. Este domingo, por ejemplo, me levanté temprano a regar las plantas. Y aprovecho para hablar con ellas. Tengo pocas. Más ilusiones y anhelos, sí. Pero ese es otro tema. Decía de mis plantas. Tengo la dicha que el bambú resucitó, lo mismo que dos arbolitos de granada. El nopal ya tiene nopalitos. Una rama de rosa del desierto -que me robé- creo que ya pegó. Y las palmas de coco, que sembré la semana anterior, entró una vaca del vecino y le comió las hojitas, y las desenterró.

BASTARON DOS SEMANAS que me ausenté. Y el bambú y las dos granadas ya estaban muy secas. Hasta parecía que las había arrasado el fuego. Y no. El estiaje bestial de la temporada hizo lo propio. Pero ya de regreso, les podé las ramas secas. Mas con el agua para su beber un día sí y otro no, poco a poco fueron reviviendo. Al bambú le tuve que hacer un corte tipo operación de gangrena. Le dejé de su tallo grueso apenas unos veinte centímetros. Y ya sacó el cabito nuevo. "Dicha", dice Yibna Valdez Donaire.

TAC, TAC, TAC, ES UN SONIDO que a veces escucho en el día, sea de mañana o tarde. Hace rato lo escuché y salí a ver la causa. Un pájaro carpintero insiste. Se posa en la cubierta de aluminio de la lámpara pública. Y picotea como si fuera tronco duro de árbol. Mas creo que es otra causa: entrena su pico en el aluminio para luego enfrentar la corteza del árbol.

EL PÁJARO CARPINTERO es un ejemplo de constancia, pero también de la evolución.  A cada especie la naturaleza (o Dios) puso lo correspondiente para su reproducción, ganarse el sustento y procurar nido o casa. Y el carpintero tiene en su cabeza una estructura dura y acojinada para soportar el picoteo de fuerza. Y por supuesto, incluye la dureza y forma de su pico, que parece formón como la herramienta del carpintero humano. Hay una canción popular, rescatada por Juan Rufo, cantada por Eugenia León: "el pájaro carpintero, para trabajar se agacha; yo también soy carpintero, cuando estoy con mi muchacha", dice.

CERCA DE MI CASA siempre una iglesia. En Matamoros, la de San Antonio de Padua. Allí me llevaron cuando estaba enfermo, y a cambio de la cura, en trueque, me pusieron el nombre sin el San. Y acá, igual de cerca una ermita, de nombre La Sagrada familia. No llego, o solo ocasional, cuando hay misas de muerto conocido o boda. En alguna ocasión formé parte de su grupo musical tocando guitarra. Pero solo esa vez, hace años. Ahorita escucho el coro. Distingo un órgano, guitarra y voces. Hay misa luego de un retiro.

Y ESCRIBO CADA MAÑANA. Diría religiosamente. A veces tengo el tema desde la noche anterior. A veces en la madrugada, cuando despierto y mantengo vigilia por unos minutos, busco y rebusco un tema. En ocasiones antes de empezar ya lo tengo. Y en ocasiones no. Un tema son los sueños. El sueño de esta madrugada fue andar caminando en un parque. No había nadie. Solitario el lugar. Durante todo el sueño no vi a nadie. Y sabiendo que era sueño, dentro del mismo me dio miedo que no pudiera despertar.

TOMO CAFÉ, Y NO DELIRO. Aunque la doctora me lo prohibe. En eso no le hago caso. Tengo descafeinado y normal. Uso de los dos de manera alternada. Solo ponerlo en la cafetera me causa sensación agradable. Imagino su trayecto desde la siembra de la planta, la cosecha, la tostada y la molienda, el envasado. Y la compra. A veces tengo de Coatepec, Chiapas o colombiano. Aroma, sabor, ensueños, nostalgia. Todo cabe en una taza de café. Lo mismo silencios y palabras. Sonrisas.

ANOCHE CONOCÍ AL BOXEADOR Sami Ventura, tabasqueño, ex campeón nacional. Y hoy vi una entrevista que le hizo la televisión local, donde cuenta su vida y trayecto, con sus triunfos y fracasos. Ahora tiene su gimnasio. Sería bueno escribir sobre su vida, su lucha, y la clave de su carrera exitosa: la disciplina. Alguna vez pensé -y nunca lo hice- escribir sobre