Cábala
07/10/2025
Sheinbaum-Morena: El contraste
Después de superar un 78 por ciento de aprobación ciudadana en su primer año de gobierno, amén del apoteósico respaldo que enmarcó al zócalo capitalino como el corazón de la 4T, Claudia Sheinbaum Pardo, estaría a la cabeza de una interesante e inusual simbiosis política, en la que Morena, como partido, no se lleva la mejor parte.
El discurso del Zócalo, desde luego, bien cuidado.
Después de remarcar que no habrá rompimiento con la figura de Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum retoma la popularidad del régimen bajo la tutela Obradorista y marca de paso la línea electoral para su partido rumbo a las elecciones del 2027: ni reelección, ni postulación de familiares.
Descansando el "humanismo mexicano" con la vigencia de los programas sociales y su tesis de "primero los pobres", pues, no hay sorpresas en ese sentido, como lo hemos comentado con anterioridad en este mismo espacio.
Lo contrastante en esta ruta del llamado nuevo régimen, sería la diferencia entre la popularidad de la Presidenta de la República superando al mismo "López Obrador" y la desconfianza que se ha generado, hacia su partido, Morena.
Con la parte del "género" a salvo, reconociendo la fuerza que en el país tiene el hecho de ser la primera presidenta mujer, Sheinbaum, ha comenzado a llevar sobre sus espaldas la impopularidad de Morena como partido, como movimiento, como propuesta.
Si bien a ocasión de los escándalos de "Andy" y su viaje a Japón; los "efectos" de la "Barredora" y el Efecto "Bermúdez"; La crisis del Senado por "Noroña", "Adán"; los números fríos de la elección judicial – proyecto icónico de AMLO; la derrota en Durango – yéndose al tercer lugar- la pérdida de espacios en Veracruz; la crisis partidista interna entre María Luisa Alcalde y el mismísimo López Beltrán; los despilfarros de los funcionarios en el extranjero – Mario Delgado, Ricardo Monreal-, contrastan y mucho, con la ruta presidencial.
"El golpe en la mesa" de acuerdo al "librito" de la buena gobernanza, sería una nueva dirigencia nacional para un partido a la altura de su presidenta, pero las condiciones de acotar una dirigencia de género, es un obstáculo difícil de encausar en el llamado "tiempo de las mujeres".
La ruta del 2030 desde luego pasa por el 2027, tiempo para amalgamar un partido, más de apoyo, que de carga, a un gobierno que mantiene en ascenso su popularidad ciudadana.
No hay político en el mundo que ponga en riesgo su popularidad presidencial, a costa de un partido sin orden.
Digo, para no tapar el pozo después del ahogamiento. O de las elecciones intermedias del 2027.
Veremos.
Kybalión.- Octubre es el mes del testamento.
Y hay muertos en el trópico, que gozan de cabal salud.
¿O muertas?
Se cimbra el gabinete después del informe, ¿O hasta enero?
¡¡¡Corren apuestas!!!
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