Contraposición de la sencillez creativa y la costumbre del homenaje

Contraposición de la sencillez creativa y la costumbre del homenaje

"Lo reconocí de pronto, paseando con su esposa por el bulevar de Saint Michel, en París, un día de 1957. 'Maeeeestro'. Hemingway se volvió con la mano en alto, y me gritó en castellano con una voz un tanto pueril: 'Adioooós, amigo'. Fue la única vez que lo vi", dijo Gabriel García Márquez de uno de sus más admirados maestros del relato, un referente que desde El viejo y el mar influyera en Relato de un náufrago del autor colombiano.

Y no sólo en ese texto sino en algunos otros que agradecemos los lectores de ambos maestros de la literatura mundial.

Aquí, sin embargo, cabe resaltar la sencillez de uno y otro -real o no-, este encuentro furtivo entre dos iconos de la literatura del siglo XX. La sencillez fuera de los cánones académicos y alejados del homenajismo que en estos días se acostumbra en nuestro trópico a favor de quienes no han cultivado una obra literaria trascendente sino el amiguismo burocrático que asegura una posición en el presupuesto público sexenio tras sexenio.

Aún no se aprende nada porque no hay lectores serios que se atrevan a ejercer la crítica y la autocrítica sino que enseñan la vanagloria del 'escritor de aula' que no tiene conciencia que antes debe haber un buen lector, por ende habrá un lector con mucha más crítica literaria antes que hacer uso de su influyentismo de burgués que solo necesita de que los demás pongan atención a su vida doméstica.

En la sencillez de las palabras citadas al principio del texto tenemos el ejemplo de la grandeza Ernest Hemingway y Gabriel García Márquez, la consagración de la palabra y la búsqueda de un estilo al final de la posguerra que ambos atestiguaron como la transición de los regímenes políticos que influyeron en todo el mundo y de lo cual tenemos memoria a través de los dos escritores.

No bastan homenajes ni reconocimientos, lo mejor para los escritores lo dirá el tiempo. Tenemos un “Adiós a las armas”, “El amor en los tiempos del cólera” y sus fieles lectores. Dos maneras de ver el mundo y retratarlo cada uno en su tiempo y espacio en la sencillez de la expresión escrita.

Es eso lo que las nuevas generaciones de escritores y formadores o promotores de lectura deben entender para poder trascender sin necesidad de las prácticas publicitarias o grupales que producen escritores dedicados a ganar premios literarios para engrosar currículas que sólo alcanzarán a demostrar las dotes redactoras pero no creativas de los aspirantes a literatos.

Para estos menesteres no son necesarios los diplomas o títulos académicos. Los escritores de carrera no han trascendido como un Hemingway o un García Márquez, un Borges o Conrad.

Se necesita compartir el conocimiento, hacerlo propio, expropiarlo. Sentir el aprendizaje a través del goce literario; es decir, del disfrute de nuestras lecturas y que se traduzcan en el aula, en la sala de redacción de un diario, en la charla de un café o la algarabía familiar, en la camaradería.

El mejor homenaje que pueden recibir Hemingway y García Márquez no son las estatuas, lo ecuestre, sino que se continúe leyendo su literatura. No nos importan las corrientes literarias a las que se les relacione, los grupos, la influencia que hayan recibido. O sus vidas personales. Lo que trasciende es la obra, su vigencia. Agradecemos la existencia de los grandes maestros de la literatura, todo aquellos que disfrutamos y nos cambia la perspectiva de la realidad.

PARÉNTESIS

El poeta mexicano Christian Peña recibirá el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 2019 por su obra "Expediente X.V.", publicada por Vaso Roto Ediciones, según lo dieron a conocer autoridades culturales locales y federales en comunicados compartidos. Es uno de los reconocimientos nacionales más importantes en la poesía. (kundera_w@hotmail.com)