Cuadernos de la pandemia ¿Qué hace la gente en la calle?

Junio de 2020 será una extensión de las medidas adoptadas para evitar la propagación de la Covid 19

Junio de 2020 será una extensión de las medidas adoptadas para evitar la propagación de la Covid 19. Si bien, el 30 de mayo terminó oficialmente la Jornada Nacional de Sana Distancia y se volverá a aplazar esa nueva normalidad, que ya se entrecruza con la vieja, el virus, el bicho, ese huésped invisible causante del caos, seguirá ahí.

Dependerá de cada quien cuidarse y sobrevivir. Ya no de lo que disponga una autoridad, que están con los zapatos al revés, sin una directriz clara.

Haber dado como fecha de inicio a la nueva normalidad el 18 de mayo, generó mucha confusión en comunidades y en quienes tienen diversas urgencias, justificadas o no, por salir a la calle. Fue un error.

Los famosos municipios de la esperanza, 213 que señalaron en Oaxaca, la han ido perdiendo pues sin los insumos necesarios ni la infraestructura básica para hacer frente, están presentando contagios.

Este 25 de mayo, seis días antes de que concluya la jornada, el comunicado técnico diario de la Secretaría de Salud presentaba 107 defunciones y 1070 personas que contrajeron el virus en Oaxaca con tan solo 2,711 pruebas realizadas.

Un promedio de seis personas que mueren diariamente en una situación dolorosa, sin despedidas. Sin duda este será un gran trabajo para después, sanar las heridas emocionales que provoca la muerte sin procesar el duelo.

Para esta fecha, uno de esos decesos había ocurrido en la jurisdicción de la Sierra, que de alguna forma estaba blindada. La broma que circuló en redes dice mucho de lo que pasa en esta emergencia: ¿cuántos casos tiene Oaxaca? Cero; ¿cuántas pruebas ha realizado? Cero.

No sabemos cuál es la situación real porque las pruebas no son para todos. Solo tenemos el panorama de muestra.

Para estas fechas, el laboratorio Juárez, un laboratorio privado, ya tenía autorización para realizar pruebas de Covid 19, situación que permitió a los funcionarios públicos un sitio más propicio para sus exámenes, después de la controversia por no hacer públicos sus precios, y modificar el número de pacientes contagiados.

Con esas cifras y en estas condiciones, ahora prevén que la nueva normalidad inicie el 1 de junio de 2020.

La sola mención provoca una nueva oleada de personas en las calles. Como ocurrió el viernes 15 de mayo, tres días antes de la fecha dispuesta fallidamente.

¿Qué hace la gente en la calle?, no lo sé, pero las inundan. En la calle de Independencia, frente al Museo de los Pintores de Oaxaca, este magnífico edificio que cerró sus puertas por la pandemia, hay una concentración permanente de gente todos los días. Vienen, van, se quedan parados, buscan, esperan. Están ahí, como un enjambre.

Mucha gente en los mercados, aunque en estos espacios el movimiento que se observa es distinto, ahí la gente llega, compra y se va. Parece que tiene más definido el propósito que aquellos que solo pululan por las calles.

Hay personas que transitan por las calles para ir a sus actividades, esas que no han suspendido y donde el Quédese en Casa se contrapone con el tengo que comer mañana. Su caminar es rápido, como persiguiendo algo, no sé qué, pero avanzan pronto. Se diferencian del resto que acude a los bancos, mucha gente en los bancos.

Dicen que el gobierno reparte a través de estas instituciones el dinero de las contribuciones a su base electoral y son los que duermen en la banqueta por esperar el recurso. La lentitud en el servicio bancario genera que estén durante horas para cobrar sus apoyos.

Se juntan con quienes van al cajero, o a realizar cualquier trámite con un ejecutivo, esos que hay que todavía atienden a quienes no tienen banca en línea, siempre los bancos llenos de gente que viene y va, ajenos a la emergencia.

El Monte de Piedad tuvo considerable afluencia ese viernes, por lo menos aquí les proporcionaban gel antibacterial antes de ingresar y solo permitían seis personas en el interior. La concentración era en la calle, en Macedonio Alcalá, sobre el Andador Turístico (en el centro de la capital oaxaqueña).

En la Alameda y alrededor del Zócalo, ni la presencia policial pudo disuadir la presencia de personas, que llegan a buscar la sombra de un árbol, un encuentro casual y la conversación con un desconocido. Ni tampoco a los grupos de presión que se hacen presente, sin cubreboca ni gel antibacterial, para bloquear, faltaba más, si no, no sería Oaxaca.

Los comerciantes, que desafían a la pandemia y abren sus tiendas. Ese 15 de mayo había de todo abierto. Tiendas de ropa, de enseres, porqué no, si a las grandes tiendas les permiten vender, como Elektra o Coppel, que no han cerrado ni un día sus puertas.

Ni siquiera el Mercado de Abasto, señalado como foco rojo, dejó ese vaivén. En este centro de comercio mucha gente no cree en la existencia del virus, ni siquiera porque algunos comerciantes han tenido síntomas y dos policías municipales murieron contagiados.

La gente ya no cree, ni en el virus ni en sus autoridades, menos cuando les dicen algo un día y al siguiente lo cambian. Por eso sigue saliendo la gente a las calles. Unos porque deben buscar el sustento, sí, como la señora que expende comida en la calle de Libres, muy cerca del periódico Noticias y que como nunca ha visto reducido su ingreso.

Hay quienes salen a la calle tan solo para desafiar a la autoridad. Y otros que siguen el mal ejemplo de la autoridad: si el Presidente no usa cubreboca, dice un taxista del sitio Reforma, yo tampoco, además me da calor.

El riesgo es latente. Para quienes caminan, con razón o no, por las calles de la ciudad de Oaxaca de Juárez, la ciudad que concentra el mayor número de personas con el virus. La ciudad que tiene, con o sin razón, una alta movilidad que propicia la transmisión del virus. Un virus del que no sabemos mucho, pero que nos dicen, es letal y pernicioso. Que no le importa si se cree o no en él, y que encuentra el ambiente propicio en esas calles llenas de personas, que quizá como usted o yo, se niegan a quedarse en casa. (“CUADERNOS DE LA PANDEMIA” es una publicación elaborada por periodistas, académicos e investigadores en la ciudad de Oaxaca)