Desplegado ‘650’, AMLO bajo la lupa y también los firmantes

Entre las 650 personas que firman el desplegado “En defensa de la libertad de expresión… Esto tiene que parar” (septiembre 17)

Entre las 650 personas que firman el desplegado “En defensa de la libertad de expresión… Esto tiene que parar” (septiembre 17), sin duda se encuentran profesionales serios que brindan servicios valiosos a la República. Ahora bien: el desplegado, que se suma a otros de crítica al presidente López Obrador (sin manejar óptica analítica amplia), se fundamenta en dos premisas equivocadas: “La libertad de expresión está bajo asedio en México. Con ello, está amenazada la democracia”. Esto, por evidencias de la vida pública, no es verdad.

Desde luego, hay numerosos problemas en México hoy. Algunos se heredaron de la historia transexenal que es red de agujeros; otros aparecieron con la pandemia que cercena el año 2020 en el mundo; y otros más se producen por errores de ejecución del gabinete de gobierno, al tratar de aterrizar las intenciones presidenciales, más “la burocracia enquistada que vuelve reumático al elefante” (Lorenzo Meyer). El Presidente, que le entra a todos los temas, apoquina lo suyo en la problemática nacional. También, con intensidad, AMLO plantea acciones resolutivas desde su agenda política y social: descree del inmovilismo, lo rechaza como enfermedad de la burocracia.

Ninguno de esos problemas tiene que ver con la libertad de expresión y la democracia, como plantean las dos primeras frases del desplegado de los 650 (que ya son menos). No hay asedio a prensa y comentaristas (censura, agresiones, tortura, persecución), y la democracia camina en los tres poderes, con imperfecciones políticas que son harto mejorables (cambio de camisetas en el Legislativo, tono destemplado en el Ejecutivo y demoras en el Judicial), aunque “el Cuarto Poder, añorando partidas publicitarias, mire el vaso vacío”, dice Jorge Zepeda Patterson.          

TE VOY A NEGAR EL CARGO

Con patriotismo de tinte conservador, seamos exactos, la politóloga Soledad Loaeza, en uno de sus textos, se negó a ubicar como “Presidente” al presidente López Obrador (Nexos virtual, septiembre 2020). La idea fue: el hecho de que AMLO ocupe el Palacio es la única credencial disponible para llamarlo Presidente. No es suficiente, sostiene.

Podría ser anecdótico, si no fuese porque equivale a desconocer votos ciudadanos de 2018. Si de discurso democrático se trata (suponemos que con ese enfoque escribe Loaeza), nadie debe ignorar las urnas, donde los ciudadanos se igualan. Voto es voto, sea de alguien con Doctorado o de alguien que gana salario mínimo. La politóloga reprocha “el entreguismo de López Obrador a las garras de Trump y el crimen organizado”, cuando se dejó en libertad a Ovidio Guzmán en Culiacán (octubre de 2019). Cuestiona Loaeza el intervencionismo de Trump y lamenta la vulneración de soberanía, sin mencionar los Tratados Internacionales que México tiene que sopesar, con fondo legal y prudencia política, para decidir sobre órdenes de extradición emitidas por otros países. Era situación delicada en extremo, con la población de Culiacán en la línea de fuego. No podía ignorarse esa situación, como sugiere Loaeza, a través de un concepto absoluto de soberanía y de aplicación del Estado de Derecho.     

CRÍTICA DEL DISCURSO SESGADO

En el texto “La cuarta invención del liberalismo, del académico Rafael Rojas (Letras Libres, septiembre 2020) se rastrea que el término “Regeneración” viene de la España conservadora y católica. Con ello, se comete un equívoco histórico obvio, porque se insinúa que AMLO –en la elección del vocablo Regeneración para MORENA- tiene raíces conservadoras. Ninguna mención, de Rojas, al periódico Regeneración de los hermanos Flores Magón y Práxedes Guerrero, río de libertad y resistencia durante el Porfiriato. AMLO ha sido explícito de dónde toma el término. Con estos sesgos de los adversarios de la 4T, la verdad histórica y el presente se enredan.   

La cuestión no es, para efecto de claridad en el debate, invalidar la distinción entre hechos y opiniones. Esa distinción resulta útil, a nivel de opinión pública y publicada, pues define enfoques para que el lector sepa a qué atenerse. Lo que hay que señalar es que hay manipulación a nombre de la neutralidad. En suma: de los 650, menos los que se acumulen a la baja, no todos leyeron con rigor lo que firmaron…y con quién firmaron. 

POSTDATA

El gobernador hizo un nuevo llamado a la solidaridad, el sentido común, la responsabilidad, para evitar que resurjan los contagios de COVID-19. Vamos bien pero no hemos salido de la epidemia. Hay quienes no sólo realizan fiestas, sino que lo hacen a la vista pública; ostentan su desacato a la petición gubernamental. Petición que, en estas circunstancias, es una orden por la salud pública.