Día con día

Nota solar

Toda la energía que el mundo necesita podría obtenerse con sólo el 0.01 por ciento de los miles de millones de megawatts que el sol deja sobre la superficie de la tierra en cualquier momento del día (noches aparte, desde luego).

Esta es la razón matemática que hay tras el asalto al sol que está intentando la India, con apuestas tecnológicas como el Parque Ultra Mega Solar de Pavagada, una planicie de 20 millas cuadradas, casi la isla de Manhattan, alfombrada con paneles fotovoltaicos en el distrito de Tumakuru, Karmata, un estado del sur.

A la una de la tarde, la mega granja solar de Pavagada alcanza un pico de generación de 2 mil megawatts, suficientes para dar energía eléctrica a millones de hogares.

Pavagada genera cuatro veces más electricidad que la más grande planta solar de los Estados Unidos. La mayor planta del mundo en su tipo es Bhadla Solar Park y está en la India también, en el estado norteño de Rajahstan. La segunda planta solar en tamaño está en China. Pavagada es la tercera.

Que haya dos megaplantas solares en la India no es una casualidad, sino un designio nacional. La India alimenta a sus mil 400 millones de habitantes con la más sucia de las energías fósiles, la producida con carbón. Pero ha emprendido la tarea de mudarse al sol.

El director general de la corporación que construyó Pavagada, el señor N. Amaranath, dice que el modelo está siendo replicado a lo largo de su inmenso país, a un ritmo vertiginoso.

Tanto, que esperan suplir la mitad del consumo de la India con energías renovables para el año 2030. Y alcanzar la condición de país con cero emisiones de carbono para 2070.

Creo que los visionarios flechadores de la energía solar de la India merecen, ellos sí, la palabra transformación para describir sus proyectos y sus resultados.

La historia del asalto solar de la India, escrita por Meera Subramanian, puede leerse en The New Yorker (“Indian Quest to Build the World’s Largest Solar Farms”, abril 20, 2023).