Disidencias
05/09/2025
Gobiernos que se dicen de izquierda, pero actúan como derecha
En la democracia moderna, la dualidad de izquierda y derecha siempre está presente. Una es el contrapeso de la otra. La riqueza precisamente de la democracia moderna tiene su sustento en ese equilibrio entre la izquierda y derecha y entre la verdadera división de los poderes.
Tras la caída del bloque socialista, la ideología revolucionaria fundamentada en la teoría del socialismo científico se desvió a la idea de la democratización, de tal forma que los grupos sociales progresistas impulsan ya no la idea de la toma del poder político para cambiar el sistema económico, sino para preservarlo con técnicas reformistas providenciales.
La llegada al poder político de grupos sociales con tendencia progresista o autoasumido como de izquierda, no implica precisamente un cambio, pues el sistema capitalista se ha ido afianzando cada vez más.
Una de las características de las formas autocráticas de los gobiernos de derecha, es la sordera respecto de las reclamaciones sociales. En contraparte, se espera que si quien ostenta el gobierno es un personaje proveniente de la izquierda, haya apertura y disponibilidad para escuchar esos reclamos de sectores inconformes de la sociedad.
El problema es que no hay ideología revolucionaria en los grupos autoasumidos como de izquierda y que vía electoral, han logrado asumir el poder. Una vez en el ejercicio del poder, comienza a actuar como lo que realmente son, reaccionarios con tendencia populista para legitimarse.
Por tal razón, es preocupante ese enfrentamiento desde el poder político contra voces disidentes, con acusaciones desde el poder para socavarlos social y políticamente. Esta ha sido la práctica instaurada desde el sexenio pasado y está funcionando como escuela.
Llamar a las voces disidentes como enemigos del gobierno y obstáculos para el desarrollo, es una muestra primero, de la falta de ideología y convicción revolucionaria de la verdadera izquierda, y segundo, la muestra de que se gobierna sin ideología y solo por la ambición del poder político y económico.
La cualidad más esencial de todo gobierno democrático implica siempre escuchar las voces críticas, porque donde hay una voz crítica, hay una falla de los tentáculos institucionales del Estado a través de los distintos órganos de gobierno, por tanto, ese síntoma debe ser atendido de inmediato para dar respuesta eficaz resolviendo el problema, y no enfrentarse en debates estériles con diatribas diplomáticas.
Para que nuestra sociedad avance, deben fortalecerse precisamente los mecanismos de escucha, pues toda intención de neutralizar estas voces, implican el afianzamiento de un gobierno impositivo. Nada más engañoso que simular ser de izquierda y gobernar con ideas de derecha, y ese es el grave riesgo de nuestro país.
Por tanto, llamar "conservadores" o "de derecha" a los grupos sociales, por el simple hecho de disentir o de exigir algo que el Estado está obligado a dar, es un signo peligroso del nivel de pensamiento y actitud de quienes nos gobiernan. Esta actitud en una escala mayor, podría llevar a la represión como ha estado sucediendo ya en algunos casos.
El pueblo no espera eso. Cansada de la represión, imposición y sordera de gobiernos anteriores, la sociedad se volcó con otra opción. Bien hará esta opción en saber escuchar las exigencias ciudadanas, y no sólo a quienes elogian en busca de favores personales.
A ese grave riesgo se suma otro del que no se habla pero que es más que evidente: la falta de separación poderes en la conformación del Estado mexicano actual. Ningún poder es contrapeso del Ejecutivo, por tanto no existe equilibrio y ante esa circunstancia, todo el poder se acumula en una sola persona.
COLOFÓN: Nos está tocando un momento histórico del genocidio hacia el pueblo palestino. ¿La historia se escribirá como en la Segunda Guerra Mundial? ¿Pondrán los historiadores modernos en un plano de víctima a los palestinos como han puesto a los judíos durante el holocausto?
robroman300@gmail.com
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