El coronavirus pone a México en la orilla

México puede ser un enfermo sin defensa contra el coronavirus. No me refiero a la pandemia sanitaria sino al terremoto económico que se ha desatado ya, poniendo a los mercados internacionales en caídas que recuerdan la crisis del 2008.

La enfermedad viral es una tortuga si se la compara con la rapidez de sus consecuencias económicas.

No hemos tenido el primer caso mortal del virus en México, pero tenemos ya la peor posición del peso desde diciembre de 2018.

Algo semejante sucede en la bolsa.

A la conmoción global de los mercados se añadió la semana pasada un dato grave local: durante 2019, Pemex perdió 346 mil millones de pesos.

Las pérdidas de Pemex en 2018, habían sido de 180 mil millones. El gobierno las asumió en su presupuesto del 2019, entregando a la empresa esa cantidad, para darle la oportunidad de empezar en 2019 una operación sin lastres.

La empresa volvió a perder y su pérdida sumada de 2018 y 2019 es de 526 mil millones.

Desde principios de enero Jorge Andrés Castañeda advirtió que los resultados productivos de la paraestatal habían quedado por debajo de sus metas previstas, por lo cual la empresa estaba en “una situación muy delicada” y era “un riesgo sistémico para la economía”.

Referí sus hallazgos aquí (“Pemex: la inminencia”, 24/1/20). Castañeda amplía su registro de de los bajos rendimientos de Pemex en un ensayo que empezó a circular ayer ( “Pemex. La no gallina de los huevos de oro” (Nexos, febrero 2020).

Explica ahí por qué no es creíble la apuesta de la resurrección de Pemex, en producción y refinación.

El hecho es que la crisis global de los mercados venida el coronavirus, encuentra mal parado a México: con bajo crecimiento y con baja inversión .

También con menos fichas, porque el año pasado el gobierno se gastó 121 mil millones del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, previsto para hacer frente a choques externos inesperados como el que tenemos. El Fondo tenía 279 mil millones en 2019, tiene 158 mil millones hoy.

Financieramente, el coronavirus va poniendo a México en la orilla.