El debate cambió la jugada: Ahora estamos en una competición real

El debate cambió la jugada: Ahora estamos en una competición real

Si se confirman las tendencias que arrojan la mayoría de los sondeos efectuados después del debate presidencial, López Obrador ha recibido, por primera vez, un golpe brutal y sus preferencias oscilan dramáticamente a la baja. Más o menos ha perdido un diez por ciento y se queda en apenas un 35, cuando hasta finales de la semana pasada estaba, en el peor de los casos en el 42, con las características tan especiales que tiene, se ponga cada vez más candente y de “infarto”. Aquellos que aseguraban que de un debate público no alcanzaba para mover significativamente las preferencias, una vez más, se equivocaron. Se movieron y mucho. Faltan los números de las encuestas que nos confirmen o nos desmientan y ver en qué tanto por ciento se mueven los candidatos. No hay que olvidarse que lo que conocemos en estos momentos son sondeos, no científicos, y a pocas horas de haberse celebrado el debate y por tanto los resultados son engañosos o al menos tienen amplias posibilidades de serlo. Hace falta dejar pasar unos cuantos días más para ver las nuevas tendencias que se asientan en la opinión pública, al margen de que no es un dato menor el expresar, en caliente, en estado de adrenalina alta, lo que pensamos que es lo que se está publicando en estos días. Lo cierto es que después del debate jugamos otro partido diferente. Aun manteniendo el liderazgo, López Obrador ha llegado a su lugar más alto y ya no es un candidato inalcanzable al que prácticamente le tendríamos que entregar la banda presidencial, porque se hacía innecesaria la elección ya que todo estaba decidido: No, no. Eso se acabó después del debate y quedan todavía muchas semanas y dos rifirrafes más entre los cinco que aspiran a llegar a Los Pinos, para que tengamos toda la información necesaria para que nuestra decisión sea lo más razonada y sensata posible. Los candidatos chocos que se aferraban a López Obrador, y a su efecto, ahora tendrán que trabajar el voto de forma personal para convencer a los electores de que se merecen su confianza, y el voto cruzado alcanza, como nunca, las más altas posibilidades de  asentarse en el ánimo de los tabasqueños. En la elección Presidencial pasa lo mismo con el “voto útil”, que ya ha comenzado a caminar con mucha fuerza, y todo parece indicar que los indecisos ya están tomando partido y preferirán apartar por esta vez sus preferencias ideológicas y votar por quien garantice que desde el segundo lugar puede ganar a AMLO.