Fue el presidente Andrés Manuel López Obrador quien recomendó a Morena establecer en sus estatutos, como un mecanismo reglamentado, las encuestas para seleccionar a quien ese partido le daría alguna responsabilidad de liderazgo o de representación. Así llegó al cargo Mario Delgado, frente al grupo que encabezada Bertha Luján Uranga, obradorista de origen.

Para las candidaturas de los comicios a los gobiernos estatales de 2020 a la fecha, las encuestas fueron definitorias. Lo mismo será para la candidatura presidencial y de las nueve gubernaturas para el 2024.

En este sentido, es el propio AMLO quien en fechas recientes ha dado su aval a los registros de encuestadoras como Mendoza y Asociados, Demotecnia, Enkoll, Covarrubias, ente otras. En unos casos para referir cómo evalúan la innegable fuerza de Morena –un gran margen de ventaja frente a la oposición-, en otros casos para mencionar el porcentaje de aprobación que tiene su gobierno.

Ese es el mensaje abierto. El mensaje oculto –y no tanto- es que las encuestas sí valen. Aunque, como se sabe, depende de las preguntas…y las preguntas dependen del objetivo.