El PRI, la difícil cultura por la democracia

El PRI, la difícil cultura por la democracia

Mañana, los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tienen una cita con las urnas. Esta será limitada, porque será una consulta interna. La vez anterior, cuando se sometieron al juicio de la población en las elecciones presidenciales ocurrió para este partido un desastre: no sólo perdieron la Presidencia, sino que fueron enviados a un tercer lugar. Como en 2006. Hay lecciones que no se aprenden, o que se aprenden mal.

En Tabasco, en los comicios constitucionales para gobernador, el antiguo partido dominante lleva reconocidas oficialmente dos derrotas seguidas al hilo. En 2012 y en 2018 para la gubernatura. En las alcaldías la historia se remonta a 1991 con los primeros Concejos municipales.

Hasta la fecha, los priistas no parecen haber logrado sobreponerse, más todavía porque varios de sus destacados militantes decidieron regresar a lo que conocen: el ejercicio del poder, pero en Morena, el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador...para derrotar al PRI.

Esto sucede en todo el país. Lo saben Alejandro Moreno Cárdenas e Ivonne Ortega, aspirantes a la dirigencia; pero no han mostrado hasta el momento conocer la fórmula para lograr la recomposición, reintegración y finalmente la unidad de un instituto que nación en el poder. La duda persiste sobre si sabrán sobrevivir fuera del poder. Hasta el momento, queda la constancia de que siguen anclados en la vieja cultura del madruguete, la cargada, los golpes bajos.

Digamos en favor del PRI que han tenido poco tiempo para reagruparse, pero sobre todo no se han dado tiempo para replantear un proyecto de partido, de gobierno y de sociedad. Esto no lo dicen sus adversarios, lo confirman personajes como el ex rector de la UNAM José Narro quien decidió renunciar a su aspiración a dirigir al tricolor y al propio partido. No tiene remedio, sostuvo.

Otros, que no representan precisamente ideas innovadoras pero que son parte del PRI histórico (no prehistórico), como Manlio Fabio Beltrones, han anunciado que se abstendrán de votar mañana domingo. Tienen dudas del proceso, dudas del padrón que se utilizará y reclamos por la persistencia de las viejas costumbres en el ejercicio del poder.

En este diario, uno de nuestros colegas ha planteado el riesgo que se repita la historia de cuando Roberto Madrazo buscó y obtuvo la dirigencia de su partido sólo para desde ahí construir una fallida candidatura a la Presidencia, que terminó mandando al tricolor al tercer sitio nacional. Lugar que también ocupa ahora. Alejandro Moreno, es gobernador con licencia, y su rival Ivonne Ortega lo acusa de estar tratando de abrirse un camino que ya mostró sus riesgos.

La experiencia del PRI es que no sale bien librado de su consulta a las bases, ni de la contienda interna. No hay costumbre democrática ni democratizadora. Ocurrió en Tabasco cuando el experimentado líder campesino Héctor Argüello ganó una consulta a las bases y lo presionaron para que renunciara, distanciándose de su partido. Sucedió cuando Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo se impusieron en la dirigencia nacional.

Cada vez que el tricolor ha tenido una competencia interna ha terminado mal. Hay quienes sostienen que las derrotas enseñan más que las victorias y que este domingo los priistas mostrarán a propios y extraños que asumieron las lecciones de no estar en el poder…aunque algunos siguen comportándose como si lo estuvieran.

Ojalá nos desmientan y logren convocar al mayor número de votantes sin rellenos de urnas, operación tamal, carrusel y todas las lindezas que integraron al diccionario de la antidemocracia. Ojalá nos desmientan porque necesitamos partidos auténticos y no simuladores.

¿O será acaso que los partidos como organización para la democracia ya están rebasados? ¿Será que haya imaginación e inteligencia para imaginar y construir alternativas? Hasta ahora, ni Moreno Cárdenas ni Ivonne Ortega han convencido de que tengan una nueva propuesta. Veremos.