En el callejón del coronavirus

Mi columna del lunes pasado llevaba por título: El coronavirus pone a México en la orilla.

Mi columna del lunes pasado llevaba por título: El coronavirus pone a México en la orilla.

Seguía así: “México puede ser un enfermo sin defensa contra el coronavirus. No me refiero a la pandemia sanitaria sino al terremoto económico que se ha desatado ya, poniendo a los mercados internacionales en caídas que recuerdan la crisis del 2008.

“La enfermedad viral es una tortuga si se la compara con la rapidez de sus consecuencias económicas. No hemos tenido el primer caso mortal del virus en México, pero tenemos ya la peor posición del peso desde diciembre de 2018”.

La situación descrita empeoró catastróficamente este fin de semana con la guerra de precios desatada por Arabia Saudita dentro de la Opep para someter a Rusia.

El efecto fue devastador para el mercado petrolero, cuyos precios bajaron un tercio, y para todas las bolsas del mundo, empezando por la de Nueva York, que perdió un 7% de su valor en las primeras operaciones de la mañana.

Ayer lunes, la ola devastó monedas y bolsas de América Latina. El peso mexicano se depreció 5%, hasta cerca de los 22 por dólar, y el índice de la bolsa cayó 6.4 %.

Las perspectivas de Pemex, de por sí oscuras, pierden viabilidad en la nueva lógica de precios y en el horizonte de una lucha larga por ellos, pues Rusia ha declarado ya que puede sostener el desafío de Arabia Saudita por una década.

Si estaba en la orilla hace siete días, México está ahora en shock. Hacienda ha salido al paso de la caída del peso aumentando en 10 mil millones la reserva de dólares que podría poner en el mercado.

Una incógnita es si el gobierno compró coberturas financieras suficientes para compensar la caída de los precios petroleros.

Lo que sabemos es que se gastó el año pasado un buen cacho del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, construido precisamente para responder a choques externos inesperados.

Bueno, aquí está el choque inesperado, pero sólo hay parte de lo que había: 158 mil millones de los 279 mil originales.

Y un gobierno empequeñecido económicamente, en el callejón del coronavirus.