En Tabasco, un rojo anaranjado; nueva etapa en combate a la epidemia en México

*Aunque hay camas suficientes en los hospitales, evitemos contagios *Debe aplicarse la detección preventiva y brigadas a ras de tierra

LA EPIDEMIA de COVID-19 en México no ha terminado. El viernes 12 de junio el subsecretario Hugo López Gatell advirtió que en materia de contagios “todo el país está en rojo, lo único que cambió, a partir del 1 de junio, “es que hemos transferido a los gobierno estatales la responsabilidad de directamente vigilar que se cumplan las acciones de sana distancia…” Como ya se ha dicho hay diferentes tiempos de dispersión del virus en México, tal como sucede en todo el mundo.

Ese mismo viernes se anunció, para sorpresa de muchos, que 16 entidades –entre ellas Tabasco- pasaban del “semáforo en rojo, al naranja”. En términos epidemiológicos dejaban de ser consideradas en “riesgo máximo” para ubicarse en “riesgo alto”. Por qué, se pregunta la población preocupada por la letalidad de la enfermedad, ocurre este salto.

Sucede, como lo admitió López Gatell, que se cambiaron los criterios –por una cuestión técnica-, para decidir el peso de los colores del semáforo en la decisión de reiniciar o no actividades.

En principio, la política era que si uno de los indicadores estaba en rojo todo el estado sería clasificado de esta manera. El principio aplicado era el de “máxima precaución”, pero…

Se decidió flexibilizar ese criterio y se asignaron valores distintos a cuatro factores considerados. Ahora tiene más importancia la capacidad hospitalaria que el riesgo de contagio. Según explicaron las autoridades federales, ahora la ocupación hospitalaria tiene un peso de 50% en la calificación y la positividad del virus sólo el 10%. El mensaje podría traducirse de la siguiente forma: el riesgo de contagio es alto, pero tenemos suficientes camas.

El criterio, se dijo, fue acordado con los gobernadores.

Como le decía, en esta crisis sanitaria, resulta altamente complicado encontrar un equilibrio entre la protección de la salud (y la vida), y el cuidado de la economía...cuyo quiebre puede tener también graves efectos en la vida.

CORTAR CADENA DE CONTAGIOS

EL CASO es que a partir de este lunes entramos en una nueva etapa. Como bien comentaba un amable lector será un poco más fácil –o si se quiere menos difícil-, controlar a la población en los centros de trabajo o en las escuelas, pero no en la vida social. Así, a partir de hoy, por lo menos en la Ciudad de México los empresarios firmarán un compromiso de protocolos y detección de posibles contagios en las actividades que se reinicien.

El gobierno de la capital del país realiza el ‘Programa de Detección, Protección y Resguardo de Casos Covid-19 y sus contactos’, precisamente para cortar ya la cadena de contagios. Serán dos mil 700 pruebas diarias de detección de COVID-19 en los 117 Centros de Salud de la capital. Se trata, como lo habían recomendado los epidemiólogos independientes, de analizar los casos sintomáticos y a sus contactos, de manera que les puedan dar seguimiento.

Al mismo tiempo habrá en la Ciudad de México brigadas de información con visitas domiciliarias. Alguna vez comentamos aquí de buenas prácticas ya aplicadas en otros países, citando el ejemplo de Vietnam, Cuba, Costa Rica. En Tabasco, por ejemplo, se necesita el despliegue a ras de tierra de campañas de orientación y vigilancia para evitar que los sitios a los que necesariamente tiene que concurrir la gente –como mercados, supermercados y tiendas de abarrotes-, se conviertan en focos de dispersión del virus.

LAS OTRAS ENFERMEDADES

CITABA en una entrega anterior, la entrevista concedida por Rafael Bengoa, al diario El País (España), un especialista que advertía que la recesión económica se puede convertir en una recesión en salud, porque la pobreza derivada de la epidemia hará más vulnerable a un sector. También insistía en la importancia de prevenir para evitar que la población tuviera necesidad de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Es mejor no tener que usar los hospitales.

Pero también lanzó una advertencia importante, que aun cuando se refiere a España, es aplicable a cualquier país, sobre todo a México. Dijo: “Sabemos dos o tres cosas. Que los diabéticos fueron un grupo muy de riesgo con la COVID y por lo tanto, en el caso de ese grupo probablemente va a haber problemas por no haberle hecho un seguimiento cercano si han estado infectados. Un estudio indica que subirá un 20% la mortalidad en cáncer porque no se han hecho los screening (revisiones) preventivos, los cánceres van a estar más desarrollados cuando se traten. Y el 30% de las personas que han pasado por UCI, según los estudios, tendrán necesidad de tratamiento renal sustitutivo de algún tipo. Por lo tanto, solo con eso —y hay mucho más, como patología mental que se ha retrasado— vamos a ver un atasco muy importante que tendremos que poder gestionar”. ¿Cuántos enfermos se nos quedaron rezagados por esta crisis?

AL MARGEN

LOS SERVICIOS médicos de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) se tenían que haber adaptado a las circunstancias de la emergencia sanitaria y no suspender la atención a sus derechohabientes, sostienen trabajadores de esa casa de estudios quienes nos comentan que en este tiempo han enfrentado dificultades para resurtir sus recetas, seguimiento de enfermedades y tratamientos, canalización con especialistas. Una opción, me dicen, pueden ser las consultas virtuales, como ya lo están haciendo médicos particulares. La UJAT puede dar un buen ejemplo. (vmsamano@hotmail.com)