Reconfiguración del escenario energético

La guerra entre Ucrania y Rusia ajustó poco más de un año, en medio de un escenario en el que la seguridad energética se encuentra

La guerra entre Ucrania y Rusia ajustó poco más de un año, en medio de un escenario en el que la seguridad energética se encuentra, ahora más que nunca, en la cúspide de la geopolítica. Así lo advirtió el presidente estadounidense Joe Biden, en la reunión que sostuvo en Varsovia, la capital polaca, con líderes de nueve países de Europa del este, miembros de la OTAN.

Haciendo alusión a Vladímir Putin, Biden desestimó la intención de su homólogo ruso de usar la energía como un arma, y sentenció que los aliados de Kiev trabajan juntos para ser independientes, “para que Europa sea independiente de los combustibles fósiles de Rusia”.

A partir de ese contexto, la petrolera británica BP, en su Energy Outlook 2023, delinea las posibles implicaciones del conflicto bélico y la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos, para combatir el cambio climático, y establece 13 perspectivas para identificar puntos comunes de la transición energética, en un escenario a 30 años.

Uno) A pesar de los buenos propósitos de los gobiernos, desde la COP de París en 2015, continúa el aumento de las emisiones de CO2. Dos) La escala y desafío que representa el reto de la descarbonización hace necesario un mayor apoyo mundial, incluyendo la agilización de las autorizaciones de energías con bajas emisiones.

Tres) El conflicto bélico en Ucrania ha reposicionado la importancia de los tres elementos indisolubles del sector energético: seguridad, asequibilidad y sostenibilidad. Cuatro) La guerra y un mayor enfoque de la seguridad energética ha impulsado la transición energética. 

La quinta perspectiva disminuye la importancia de los combustibles fósiles, remplazados por una proporción creciente de energías renovables. Seis) La demanda de petróleo continuará desempeñando un papel importante en el sistema energético mundial durante los próximos 20 años. Siete) Las perspectivas para el gas natural dependen de la velocidad de la transición energética.

Ocho) La reciente escasez y picos de precios de la energía obligan a una transición ordenada, donde la demanda de hidrocarburos se ajuste a los suministros disponibles, cuyas fuentes de producción existentes están disminuyendo, lo que obliga a una inversión continua y creciente en hidrocarburos durante los próximos 30 años.

De la novena a la treceava perspectiva, se visualiza cómo la energía eólica y solar representa casi todo el crecimiento en la generación de energía; así como el uso de bioenergía, el hidrógeno, la captura del carbono y la eliminación del dióxido de carbono.

Es así como se plantean tres escenarios que exploran las incertidumbres, la velocidad y la forma de la transición energética, de aquí al 2050.

Accelerated y Net Zero parten del supuesto de un endurecimiento de las políticas climáticas globales para disminuir emisiones equivalentes de CO2 de un 75% y 95%, respectivamente, para las siguientes tres décadas.

El New Momentum se desplaza al ritmo del actual aumento del interés mundial por la descarbonización, de esta manera las emisiones de CO2 alcanzan su punto máximo en la década de 2020 y para 2050 estarán en alrededor de un 30% por debajo de los niveles de 2019, según las proyecciones. (Diputado Federal, Presidente de la Comisión de Energía)