ESCALA CRÍTICA

Preocupa al gobierno federal la crisis en el sector salud; va por cambio total

*Reducirán gasto en medicamentos y habrá limpia de proveedores

*Estamos al borde del desastre, ha dicho el secretario Jorge Alcocer

*No hay marcha atrás en la refinería de Dos Bocas: López Obrador

EL SECTOR salud de todo el país está enfermo. Esto lo sabemos; el diagnóstico aún no indica qué tan grave es el padecimiento y si se aplicarán tratamientos drásticos. Hay rezagos, descuidos y malos hábitos.  Veamos sólo uno: según cifras de la Presidencia de la República, el año pasado el sector público gastó 4 mil millones de dólares en la compra de medicamentos y materiales de curación. Por lo menos unos 80 mil millones de pesos.

El portal “Animal Político” reportó que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se destinaron en total 303 mil millones de pesos para las llamadas “compras consolidadas” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE. Un solo proveedor –indica el medio periodístico- acaparó el 35.2% de las ventas, 106 mil 813 millones de pesos. Se trata del Grupo Fármacos Especializados (GFESA), al que fueron 35 de cada cien pesos.

Este modelo de acaparamiento se repite en otras áreas de los gobiernos pasados, de acuerdo a informes oficiales.

MONOPOLIO BAJO RECETA

CON BASE en los datos difundidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), fueron 10 empresas las que concentraron el 80% de las compras gubernamentales de medicinas y equipo médico. Los otros dos grandes proveedores después de GFESA fueron Maypo y Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico (Dimesa), con 35 mil y 34 mil millones, respectivamente. Dijo el presidente López Obrador: “puede ser legal, pero es increíble".

Pero la historia dará para más. Versiones periodísticas vinculan con políticos nacionales a las distribuidoras favorecidas. Algunos de los dirigentes partidistas tuvieron inclusive influencia especial en la Cofepris, la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios. Como se dice: la iglesia en manos de Lutero.

Ahora el gobierno federal no sólo se propone reducir en un 25 por ciento el gasto para medicamentos este año –se afirma que no habrá menos fármacos, sólo se combatirá la corrupción-; también busca la supervisión internacional de la ONU en sus adquisiciones, al tiempo que está en proceso la federalización de los servicios de salud actualmente descentralizados en los estados.

La restructuración del sistema obligará a una limpia generalizada.  De hecho, el titular de Salud federal, Jorge Alcocer, sostuvo que las deudas en el sector frenan la federalización ordenada por el presidente López Obrador.

A SERVICIOS DE URGENCIA

ESTAMOS al borde del desastre, fueron palabras de Alcocer.

Como usted sabe tanto al final de la administración de Andrés Granier (en 2012) como al término del gobierno de Arturo Núñez (2013), Tabasco enfrentó una grave crisis de pagos y proveeduría, así como de servicios en el sistema de atención médica. Falta de medicamentos, médicos y alimentos. En los dos casos ameritó la intervención federal. Todavía graves acusaciones pesan sobre Rommel Cerna, titular estatal de salud en 2018.

El daño se localiza en toda la república. Todavía se recuerdan las acusaciones de fraude criminal en Veracruz, donde durante el gobierno de Javier Duarte se engañó en el tratamiento a los afectados con cáncer. La decisión  ha sido recuperar el control total.

El 15 de diciembre pasado, el presidente López Obrador encabezó la firma de un acuerdo con los gobiernos de Tabasco. Yucatán, Veracruz, Chiapas, Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Guerrero, para la (re)federalización del sector salud. Participaron el secretario del ramo, Jorge Alcocer; el director del IMSS, Germán Martínez; y el titular del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez.

De acuerdo a un reporte del diario Reforma, por lo menos desde 2007, las Secretarías de Salud (Ssa) de los Estados arrastran deudas por 45 mil 692 millones de pesos a proveedores, nómina y terceros institucionales. Anotó: “Los estados del sureste con los que la Ssa federal pretende iniciar la centralización de servicios, es decir Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Yucatán, Tabasco y Campeche, además del Estado de México y Sinaloa, acumulan el 86 por ciento de esos pasivos”.

Esto confirma la preocupación, y casi desesperación,  del doctor Jorge Alcocer: la aplicación del plan de AMLO en los servicios de salud tiene un lento avance.

AL MARGEN

HAY UN MALENTENDIDO, la construcción de la refinería en Dos Bocas, Paraíso, cuenta con recursos para comenzar y es posible que el lunes 18 de marzo –aniversario de la Expropiación Petrolera-, se anuncie la licitación, afirmó el presidente López Obrador.  Se cuenta para este año con 50 mil millones destinados a la obra, puntualizó, luego de que el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, expresara que se daría prioridad a la extracción de crudo y se retrasaría la procesadora.

AMLO se comprometió a que en tres años estará la nueva refinería en Paraíso y que su costo será de entre 6 mil y 8 mil millones de dólares. La capacidad de refinación de las seis factorías que existen en el país ha caído a un promedio del 30 por ciento –unas más otras menos-. El gobernador tabasqueño López Hernández también confió esta semana en que los planes en la industria petrolera marchan conforme a lo previsto. El lunes sabremos algo más sobre la ruta petrolera; habrá definiciones. ¿Y el sindicato? (vmsamano@hotmail.com)