OPINIÓN

ESCALA CRÍTICA

Escala Crítica
13/11/2025

Apuntes sobre la vida: ética del sobreviviente en tiempos líquidos; el objeto nos desplaza

                                      

*Conmemorar el libro, la lectura, los impresos; hacer un alto

*Pausar la prisa, pensar el camino: trayectoria de vida y sentido humano                            

* Contradicciones en los valores, hecho visible de modernidad metálica              

                                             

AYER FUE el Día Nacional del Libro, por tradición se entiende que la celebración es al libro impreso, aunque existe una creciente competencia de lo digital. En algunos países, y muy pronto será global, el 4 de julio se festeja ya el Día Mundial del Libro Electrónico (Ebook); podemos citar asimismo el 7 de marzo como el Día Mundial de la Lectura y el 23 de abril como el Día Mundial del Libro.

El 23 de abril es una fecha simbólica para la literatura mundial: en 1616, fallecieron Miguel de Cervantes, Inca Garcilaso de la Vega y William Shakespeare (este del calendario juliano). En 12 de noviembre, como se sabe, conmemora el nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz (1651), quien luchó por su derecho a saber y leer.

La conmemoración de los impresos ocurre en distintas fechas para cada país en el mes de octubre, y para el trabajador gráfico es mucho más diverso.

La expansión de la lectura está vinculada estrechamente a los impresos -libros, revistas, periódicos-, como también a los impulsores de la alfabetización (maestros, promotores).  En el Sistema Informativo de Tabasco (diarios Presente, Avance y El Sol del Sureste), la elaboración y distribución de un periódico también tiene en cuenta la promoción de la lectura, de ahí nuestra campaña permanente de Leer para Vivir. Varios filósofos y escritores han coincidido en que quien lee tiene la posibilidad de vivir varias vidas, de contar en el libro con un boleto de viajes.

CONTRA EL VÉRTIGO

LA LECTURA NOS PERMITE hacer una pausa. Con permiso del paciente lector, y aprovechando estos días en que nuestra cultura recuerda a quienes han partido físicamente para siempre, para pausar los tiempos políticos que se viven entre la incertidumbre y la esperanza; pero también porque en los libros está la memoria de nuestros antepasados y nuestros contemporáneos.  Propósito: reflexionar con sentido más amplio sobre la vida en tiempos modernos, parafraseando al gran Charles Chaplin que apretó tuercas en la cadena de montaje para advertirnos de la prisa que pocos imponen a muchos. Chaplin eligió ser -en la ficción- vagabundo precario pero feliz, no magnate con prisa para explotar a otros.

Ahora, sugiere el filósofo Byung-Chul Han (Corea del Sur, 1959), este vértigo de vida es porque las personas se explotan a sí mismas, integradas a sistemas de trabajo virtual que llegan a sus propias casas. Hay prisa para vivir esa explotación suave.   

Atento lector: la vida es más que la avaricia de la prisa económica. 

PRISA Y DINERO

NO HAY TIEMPO sin prisa en la modernidad líquida de la que escribió Sygmunt Bauman. La metáfora de lo líquido refiere un mundo con valores culturales inestables. ´Time is money´, dice un refrán inglés que convierte la vida en asunto material y todo lo supedita a la prisa por producir ganancias y riqueza. Nótese la diferencia entre producir cosas y bienes útiles, frente a la evolución de la economía moderna que desde la bolsa de valores traduce todo a rendimiento en dinero contante y (ya no tan) sonante. Especulación pura. Pues si "el dinero es el sexo (o placer) de nuestro tiempo" (Timothy Harris), entonces cualquier aspecto de la vida está determinado por Mammón, ídolo que en la lengua aramea representa riqueza, dinero y avaricia.       

Si cualquier rasgo de vida se aleja de valores humanos perceptibles, para medirse sólo a través del paradigma dinero, imaginemos la muerte. "Porque ni en el cementerio, hay tierra de libertad", es verso popular de mediados del siglo XX que anticipaba el Siglo XXI de prisa y acumulación material... de pocos.

   

PAUSAS Y PENSAMIENTO

LA PRISA IMPIDE pensar bien, como impide leer pausadamente. Pensar bien implica reflexionar. Reflexionar es volver a examinar lo que hemos vivido. Meditar sobre nuestra vida. ¿Cuánto meditamos, como personas apresuradas? La vida necesita pausas que cada vez se encuentran menos: son raras. Además -enfoque espiritual- la vida puede pensar la muerte, pero la muerte no puede pensar la vida.

Sin embargo, la muerte como pensamiento espurio invade espacios de vida. Esto debe preocuparnos y ocuparnos, en la esfera pública, como hecho concreto que obstaculiza la convivencia. Me refiero a personas que trastocan valores y confunden parámetros culturales, en franca contradicción con premisas humanistas. Para quienes todo es relativo, y que lo bueno es malo y viceversa. Aquí puede enlistarse en primer lugar el pensamiento político y social con fondo mercadológico: la publicidad y el marketing comienzan la danza del pensamiento contradictorio: muerte que invade la vida. No consumimos para vivir, sino vivimos para consumir.

Ver la vida como metamorfosis infinita, "en un mundo consagrado al rendimiento y a la especialización, que no ve sino cimas a las cuales aspira en una especie de limitación lineal, que, a su vez, dirige todas sus fuerzas a la fría soledad de aquellas cumbres, pero que descuida y confunde lo que tiene al lado, lo múltiple y lo auténtico".  (Elías Canetti).   

(vmsamano@hotmail.com





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