Los Estados Unidos, que hipócritamente se presentan como promotores y defensores de los derechos humanos, es un país eminentemente de migrantes, pero de una  inmigración sumamente selectiva, dominada por una fobia racista y religiosa.

En 1607 comerciantes disidentes ingleses fundan Jamestown (Virginia)  sobre un abandonado asentamiento español, y en 1630  protestantes fundamentalistas fundan Boston (Massachusetts). Unos legislan sobre el comercio  y los otros sobre  castigos a los pecados. Los fundadores de las 13 colonias que originaron esta nación, fueron principalmente irlandeses, ingleses, holandeses y suecos y alemanes  de confesión protestantes, y en la realidad no es bien recibida otra etnia o religión.

Cuando invadieron la gran Florida, botaron a todos los españoles a la Habana y exterminaron a los nativos semínolas. Llamaban a los hispanos  “spanies” y “greasers”, sucios por su piel morena y por freir sus alimentos con manteca de cerdo. No aceptaban hispanos, católicos, mestizos y menos indígenas.

Antes y después de la invasión a México, misiones de yucatecos en Washington respaldados con firmas y decretos  del gobierno local, ofrecieron el dominio y la soberanía de la península para tranquilidad de la “raza blanca civilizada” (sic), amenazada por la raza aborigen “salvaje”. Pero  no les interesó  por la población espáñola, mestiza y maya existente en la península. El porfiriato se encargó de diezmar esta población, asesinándola y exportando esclavos a Cuba.

En el  siglo XIX hubo una depresión y pocas ofertas de trabajo, pero era común que en las ofertas hubiese el infamante añadido “no se aceptan irlandeses”, obviamente por su catolicismo.

En 1924 el Congreso de Estados Unidos aprobó una Ley que restringía la migración de Asia y de algunas zonas indeseables de Europa, sobre todo de países católicos romanos como Italia y  Polonia. Cientos de europeos fueron deportados .

El Ku Kux Klan nació en el sur no solo para aterrorizar a afroamericanos, también para asesinar a migrantes, a católicos y a judíos.

En las elecciones de 1928 el popular Al Smith fue sumamente hostigado cuando declaró su catolicismo y finalmente perdió la presidencia. En 1960 John F. Kennedy revirtió el panorama cuando al ser hostigado declaraba: ”Yo no soy el candidato católico, soy el candidato demócrata” y se convirtió en el primer presidente católico de los Estados Unidos.

Y para terminar, una de cal. En 1938, el Presidente Franklin D. Roosevelt pronunció un célebre discurso ante las Hijas de la Revolución Estadounidense  solicitando “ tolerancia para los inmigrantes, recuerden siempre que todos nosotros y, sobre todo, ustedes y yo, descendemos de inmigrantes.” Ojalá y difundieran más este discurso.

Y el arribo de Biden como el segundo Presidente católico a la Casa Blanca, abre nuevas esperanzas, ante sus primeros decretos de cancelación de fondos para la construcción del muro y algunos beneficios para los migrantes. Los tiempos han cambiado y ya son 38 los millones de mexicanos e hijos de estos nacidos en Estados Unidos-

La gran mayoría de norteamericanos sigue siendo racista, pero esperamos que el liderazgo y la capacidad negociadora del Presidente López Obrador,  que tan buenos resultados obtuvo con el Presidende Trump, también   los obtenga con el nuevo Presidente ,  con puntos más afines a México.