FÁBRICA DE RETRASADOS

Así, se ha perdido el hábito de la lectura y la investigación por el copia y pega en internet; en lugar de razonar se usa la calculadora

El mundo se está convirtiendo en una inmensa fábrica de cretinos digitales que se potencia en México por la monstruosa desigualdad social que produce pobres  analfabetos y subalimentados.

La caída del coeficiente intelectual es mundial y multifactorial y una de sus principales causas es el uso indiscriminado de la tecnología y los videojuegos que reducen la capacidad de reflexión, de investigación y razonamiento de los educandos.

Así,  se ha perdido el hábito de la lectura y la investigación por el  copia y pega en internet; en lugar de razonar se usa la calculadora, pero no se sabe dónde poner el punto decimal, y ya olvidamos métodos como el de la raíz cuadrada si la misma calculadora nos la da inmediatamente.

El abandono del estudio y  la lectura nos lleva a la degradación del idioma y el uso de signos, letras, abreviaturas o síncopas  en vez de las palabras adecuadas y esto es uno de los orígenes de esta caída del coeficiente intelectual. A menor uso de palabras, menor capacidad de pensar.

La televisión  contribuye  idealizando  y aplaudiendo la idiotez con programas como el Chavo del Ocho, la Rosa de Guadalupe y una degradante programación que aleja del razonamiento, la investigación y el estudio.

Pero los tercermundistas tenemos otro ingrediente determinante. Los niños que en el primer año de su vida no reciben las suficientes proteínas, detienen o limitan su desarrollo. Puede ser que posteriormente reciban estas proteínas y desarrollarán su cuerpo pero el cerebro ya quedó limitado para siempre y enfrentarán la vida en desventaja a niños que si tuvieron las proteínas necesarias por ser  de familias más pudiente. El amamantamiento  por la madre es básico en el desarrollo.

La pandemia y el encierro y la falta de convivencia han contribuido a esta caída y degradación.  Estamos teniendo una generación menos pensante, menos reflexiva, menos inteligente. Y allí es donde tenemos una tarea pendiente.

Menos tecnología, menos celulares, más convivencia, lectura, estudio, investigación.