¡Ganó México!

Por supuesto que tampoco es gratuito que el Instituto Nacional Electoral afiance su vocación como principal contrapeso democrático

La consulta por la revocación de mandato a la investidura presidencial que por primera ocasión se tuvo en México cumplió puntualmente con los propósitos técnicos, logísticos y de organización, teniendo en cuenta la expertise (experiencia) de la estructura del Servicio Profesional Electoral Nacional del Instituto Nacional Electoral que aun con limitaciones financieras mostró su capacidad para garantizar la celebración de este ejercicio de participación ciudadana.

El Instituto Nacional Electoral tiene un activo fundamental en el que descansa la función pública de organizar las elecciones por voluntad popular de las Autoridades Públicas de Gobierno, un Servicio Profesional Electoral Nacional erigido desde octubre de 1990 que halla su fundamento legal en el artículo 41, Base V, Apartado D de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Ningún otro ente público gubernamental del gobierno, y/o desconcentrado, y/o autónomo, posee una estructura de Servicio Profesional de Carrera con la rigidez de los «mecanismos en la selección, ingreso, capacitación, profesionalización, promoción, evaluación, cambios de adscripción y rotación, permanencia, incentivos y disciplina, y el sistema de ascenso del personal».

Además de regular la planeación, organización, operación y evaluación, incluso del personal de los 32 Órganos Públicos Locales Electorales, en proceso de incorporación al Servicio Profesional Electoral Nacional desde la Reforma Política emitida por Decreto del Congreso dela Unión, fechado el 10 de febrero de 2014, de la que emergió el Sistema Nacional de Elecciones.

En la estructura se debe considerar al personal eventual que como Supervisores Electorales y Capacitadores Asistentes Electorales son seleccionados también mediante convocatoria pública cada que hay renovación de gobernantes quienes instruyen a la ciudadanía previamente elegida para llevar a cabo en la Jornada Cívica de Votaciones, asumiendo sus funciones en las Mesa Directivas de Casilla. 

Por supuesto que tampoco es gratuito que el Instituto Nacional Electoral afiance su vocación como principal contrapeso democrático, integrado como el cuarto elemento en la División de Poderes en el Cogobierno de los Estados Unidos Mexicanos

Sin un organismo autónomo como el Árbitro Electoral no sería posible que por voluntad popular de los electores mexicanos eligen a sus gobernantes, ejerciendo su derecho político de elegir en secrecía el sentido de su voto, informado y reflexionado.

El Sistema Nacional de Elecciones que por rectoría tiene el Instituto Nacional Electoral la reglamentación de las 32 Organismos Público Locales y sus respectivas elecciones, además de las suyas en el ámbito federal, con el trabajo coordinado igual sustentado en la Estrategia Nacional de Cultural Cívica 2017-2023 que habrá de actualizarse tiene el objetivo de fomentar la calidad de la democracia, inherente a la construcción de ciudadanía. 

Desde luego que lo acontecido en la consulta ciudadana pública por la Revocación de Mandato del Presidente de México no debe ser motivo del debate sobre quien ganó o quien perdió sino reconocer que este fue un paso trascendental que contribuye en un esfuerzo corresponsable por promover la participación ciudadana. Se trabajó con lo dispuesto por los propios Diputados Federales en la Constitución y en la Ley Reglamentaria. 

El Arbitro Electoral no puede ir más allá de lo permisible en las leyes emitidas por el Congreso Constituyente, que establece las reglas de procedimiento, nadie más que los representantes populares, de la ciudadanía. 

En la proximidad de de las elecciones de este 5 junio, en 2023 las del 4 de junio y en 2024 las previstas el 2 de junio, requieren un compromiso con la democracia. 

Con la elección en 2024 del Presidente de México se renuevan el Congreso de la Unión, Senadores y Diputados, igual las 32 entidades renuevan Alcaldes y/o Legislaturas, además de 9 Gubernaturas. Todos tendremos que ver. 

Bitácora

Las Reglas del Juego Electoral actuales son funcionales. El problema no es el Árbitro Electoral sino los actores que deben ceñirse a las mismas, a las reglas de la democracia.  

eduhdez@yahoo.com