Hacia la cohesión social

Hacia la cohesión social

Punto de Vista

Manuel Pineda Haro

Hacia la cohesión social

Con el bagaje intelectual y más aún el de la experiencia publica, Arturo Núñez asegura y con verdad que “…el descrédito de la política, tiene en primer lugar una razón de ser, que es responsabilidad de los políticos. Tenemos que reconocer que una parte del descrédito de la política se debe a los políticos. Viene de poderes fácticos que quieren disputar los lugares de políticos y la política, utilizando el poder para reemplazar”…

Él como muchos que han abrazado a la política como profesión y forma de vida, saben y conocen a quienes le han fallado y feo a la población.

Hoy la ciudadanía no solo no cree sino que además desconfía sobremanera.

La más reciente encuesta Derechos Sociales y Cohesión Social”, realizada por la Cámara de Diputados da cuenta de que en datos recabados la percepción ciudadana muestra una sensible disminución en la credibilidad hacia los jueces, los sindicatos y los propios funcionarios de los tres niveles de Gobierno.

Los mexicanos por razones obvias ante la crisis económica y de inseguridad que viven, no confían en el sistema de pensiones y jubilaciones, en la policía y en el Instituto Nacional Electoral (INE).

En términos simples y sintetizados, en México la mayoría no cree ni confía en las autoridades en función, ni en las futuras y ni en las encargadas de conducir, vigilar y dar certeza y legalidad a la elección de personas para los puestos públicos.

Muy difícil es para el ciudadano de a pie entender y digerir que hasta el mismo Presidente del país cancela una visita a un estado de la Republica por el alto índice y eventos de violencia que imperan; le es difícil entender que un joven estudiante fue detenido por policías (con evidencia clara de ello) y que después de 6 días no se sepa su paradero; al ciudadano le resulta increíble que con la evidencia de una vida opulenta, desproporcionada en relación a sus ingresos lícitos, a su desempeño y capacidades, exista un dirigente sindical como Romero Deschamps, y no tenga ningún acto de molestia justificado por una autoridad competente para que aclare el origen de su peculio; a los ciudadanos les resulta hasta frustrante enterarse de que desfalcos, negocios turbios, desvió de recursos públicos para fines políticos, robo vil y descarado al amparo del ejercicio del poder, están amplia y documentalmente comprobados y que sea un calvario “jurídico – político” el poder ejercer la acción penal correspondiente, así como el integro aseguramiento, resarcimiento y reintegración de los recursos al presupuesto público.

A la “peligrosa” irritación y mal humor social la nutre, alimenta y fortalece la desconfianza impulsada por los malos servidores públicos; a esa masa disforme la acrecientan todos aquellos actores que con el discurso intentan avivar una esperanza que fue matada con los marrazos arteros de los hechos.

En mi Punto de Vista, hoy es necesario que quien aspire a participar de la política y el servicio público apoye sus anhelos en los tres ejes de la calidad de vida de la sociedad: Calidad del entorno en que vivimos, Calidad de acción y Disfrute subjetivo de la vida; reglas básicas estas, para reencausar el tan ansiado bienestar social.