La importancia del debate del viernes

La importancia del debate del viernes

Después del debate de nuestros candidatos a la gubernatura se han apreciado, en las redes sociales, un aluvión de críticas hacia uno y otro político pero también contra IEPC que fue el organizador. En lo personal quede satisfecho con el espectáculo televisivo que dio porque no hay que olvidar que los debates son para ser pasados en televisión. Por lo pronto el hecho de que se diera prácticamente a mitad de la campaña es muy positivo, ya que el votante tendrá más fresca en su memoria las propuestas y las actitudes de los que aspiran a convencer al electorado. En todas las campañas electorales todos nos hacemos las mismas preguntas: ¿Sirven para algo los debates? ¿Son importantes? ¿Cambian la intención de voto?… En mi opinión son muy importantes. Son la única ocasión de la campaña electoral en que los candidatos estarán cara a cara, sin intermediarios, en el mismo escenario, en el mismo momento y debatiendo de los mismos temas. Y son una especie de mini campaña electoral pues se propone lo mismo: Reforzar la intención de voto del que ya tiene su voto decidido, convencer al indeciso y desmovilizar al adversario. Y además se pueden confrontar las propuestas en un solo acto. El ciudadano recibe información concreta sobre temas concretos con propuestas detalladas y además nos permiten conocer la pasta de la que están hechos los candidatos, para rebatir al adversario. Su capacidad de improvisación, su fluidez frente a las cámaras y su manejo del discurso, el manejo de los tiempos, su control del nerviosismo, la interacción con los adversarios políticos, el uso del lenguaje no verbal y manejo de la propia imagen, etcétera... Por todo lo anterior creo sinceramente que el debate cumplió con su función pedagógica gracias a que la audiencia, los electores, pueden conocer de primera mano las propuestas y las opiniones de los candidatos sobre los temas públicos más relevantes. Por otra parte, forman parte de la liturgia electoral, como el día de las votaciones, y ayudan a legitimar el sistema democrático. Además, debido al interés que despiertan, movilizan al electorado y contribuyen a aumentar la participación electoral. Otra cosa es el tema central del asunto y es ¿quién ganó el debate? asunto del que me considero incapacitado para opinar pues es muy claro que los seguidores o militantes de los diferentes partidos siempre defenderán que ganó el candidato o candidata de sus preferencias y los indecisos se decantarán por el que les haya dado la mejor impresión y ahí ya entramos en gustos. Lo que me queda claro es que quien se muestra como ganador y se comporta como tal tiene muchos puntos frente a los espectadores. También se debe tener en cuenta la importancia del pre y post debate. No sólo hay que saber gestionar las expectativas previas al mismo sino, una vez terminado, seguir movilizando a la opinión pública, especialmente a aquellos que no han podido verlo y se informarán a través de los medios de comunicación (y las redes sociales). El debate que vimos el pasado viernes fue muy importante, fue fundamental, y aunque ganarlo no es sinónimo de vencer en las elecciones, si se pierde, es muy difícil que se obtenga un buen resultado electoral.