OPINIÓN

La inextinguible llama del deseo de triunfar
12/12/2025

La memoria familiar es un refugio donde habitan nuestras mayores alegrías y nuestras pérdidas más profundas

"A veces se canta cuando está uno triste;

                                                                                                                           y se llora cuando se es feliz".

Moi Méme.

 

 

 

     Este artículo lo dedico a mis sobrinos Gaby y Carlitos Marí Vázquez, como un tributo a este último quien recientemente se despidió de nosotros seguramente para irse con nuestro Padre Celestial, habiendo dejado un gratísimo recuerdo en la memoria de nuestra familia y de sus muchísimos amigos que nos acompañaron en sus honras fúnebres.

     La vida es así, a los pocos días celebramos jubilosamente el XXXI Aniversario de la exitosa existencia de la Galería y Artesanías Mukul Já, Sociedad Civil, con la actuación alegre de dos cantantes emanadas precisamente de ese espacio cultural independiente. Ellas son Ana Karen y Laura Angélica Reyes, así como Daniel G. Cacho, quien dirigió el conjunto musical que las acompañó; habiendo cosechado muchos aplausos. Estoy seguro que varios otros artistas que hicieron sus pininos allí hubieran querido también participar en el programa, pero razones de tiempo no lo permitieron. Durante el desarrollo de dicho evento sentimos la presencia espiritual de mi inolvidable y querido sobrino citado al inicio de estos párrafos, quien logró destacar como reportero de varios periódicos de circulación nacional impresa y vía internet.    

     Ausencio Díaz Trinidad lo recuerda como miembro de los Boy Scouts y como corresponsal, por muchos años, del prestigiado periódico Reforma, donde diariamente se jugaba  su propia integridad física, denunciando lo que, a su juicio, no era políticamente correcto.

     De él conocí varias anécdotas de su niñez y su juventud, como cuando se cayó del primer piso de un edificio y resultó ileso por obra de Dios. En otra ocasión también salvó la vida cuando le quitó el freno de mano al vehículo de su padre en la pendiente de la Avenida César A. Sandino y fue a estrellarse en un árbol que detuvo la insólita precipitación. Y el otro evento del que yo me enteré de su viva voz fue cuando en Ocosingo, Chiapas, cubriendo un reportaje del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para protegerse de la lluvia de balas tuvo que resguardarse debajo de un vehículo que afortunadamente se encontraba estacionado en las inmediaciones del lugar de la refriega.

     Por lo que respecta a Gaby, ella también es muy alegre, pero siempre ha sido muy juiciosa y medita bien sus actos antes de realizarlos. Desde que se tituló ha trabajado de manera independiente en actividades culturales, lo que le valió que un gobernante la invitara a colaborar con él durante su sexenio como secretaria del ramo. Esto le permitió viajar a muchos lugares en el desempeño de sus funciones. Creo que su mejor experiencia la tuvo cuando viajó a la China Popular porque retornó muy satisfecha.

     Ahora está dedicada exclusivamente a impulsar a jóvenes valores en Mukul Já, donde han encontrado el espacio apropiado para explayarse y junto con ella han procurado superarse, reuniéndose todos los viernes y a veces extienden sus actividades en otros días de la semana, habiendo conseguido ya tener su público seducido que acude a todos los eventos que organizan.

     La característica genética de ambos de disfrutar la vida, de su participación activa en el ámbito social, ambiental, cultural, mostrando siempre su entusiasmo y solidaridad ayudando al prójimo me permiten decir: ¡Qué bonito es tener una familia así!





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