La observación electoral en México

La observación electoral en nuestro país es una actividad exclusiva de los mexicanos

La observación electoral aun cuando su ejercicio ha crecido, no ha adquirido todavía de forma homogénea en los partidos y actores políticos ni tampoco en la sociedad, la relevancia que representa para el desarrollo democrático, que sí tienen y muy clara, las instituciones electorales que han desplegado una serie de acciones en materia de comunicación, eventos e incentivos para robustecer y alentar el nacimiento de organizaciones civiles que lleven a cabo esa tarea fundamental, con el propósito de que cada vez más estén expuestas al escrutinio público amplio e intenso, las etapas del proceso electoral: 1) las acciones previas a la jornada electoral dentro del proceso electoral, 2) la jornada electoral, 3) los resultados y declaración de validez de las elecciones y cuando hay elección del titular del Poder Ejecutivo Federal, 4) el Dictamen y declaración de validez de esa elección.

La observación electoral en nuestro país es una actividad exclusiva de los mexicanos, que tiene como propósito contribuir a generar confianza y certeza en todo el proceso electoral, con particular énfasis en la jornada electoral y en sus resultados electorales, donde finalmente se concentra la mayor atención de la sociedad, de los candidatos y de los partidos y actores políticos; así como también en las resoluciones que emiten al respecto las autoridades jurisdiccionales.

Su figura fue reconocida en la reforma electoral de 1993 y en consecuencia, hizo como tal su debut en las elecciones del proceso electoral federal 1993-1994, por lo que para impulsarla el entonces Instituto Federal Electoral creó el Fondo de Apoyo a la Observación Electoral, donde jugó un papel importante la recién creada Coordinación de Asuntos Internacionales, que desde su origen preside con tino Manuel Carrillo Poblano.

La reforma electoral de 2014, creó la figura de la casilla única en elecciones concurrentes y otorgó el control y responsabilidad de la misma al INE, con la coadyuvancia de las respectivas instituciones electorales locales, lo que permite una sinergia que potencializa la observación electoral.

En las elecciones locales no concurrentes, la promoción y difusión de la participación ciudadana en estas actividades, así como la capacitación y acreditación de quienes cumplen con los requisitos para ser observadoras u observadores electorales está a cargo de las autoridades locales electorales.

Si bien la observación electoral es función que corresponde únicamente a la ciudadanía mexicana, en sentido estricto no lo es tanto, en virtud de que existe la figura de visitantes extranjeros quienes también llevan a cabo esta tarea, al igual que los nacionales, en una o más o en todas las etapas del proceso electoral, con la particularidad de que en elecciones concurrentes, sólo lo pueden hacer a invitación expresa del INE y en elecciones locales no concurrentes a invitación de los institutos locales, siempre y cuando su legislación lo contemple. En Tabasco la legislación electoral no tiene prevista esa figura, aunque tampoco existe disposición expresa en contrario.

Cabe aclarar que los visitantes extranjeros para llevar a cabo sus actividades no reciben apoyo financiero de las instituciones electorales y es una forma de abrir al mundo lo que hacemos de manera pública y está a la vista de todos, para que lo miren, lo observen y lo analicen sin la pasión que genera toda actividad comicial.

Eso permite en campo contar una mirada externa, que aquilata el proceso electoral desde una óptica diferente, al mismo tiempo que hace posible mostrar a la comunidad mundial cómo hacemos y de que calidad son nuestros comicios.

Las opiniones que viertan las organizaciones o entidades que realizan observación electoral, sean nacionales o visitantes extranjeros, carecen de efectos jurídicos y por tanto no tienen carácter vinculatorio; son sólo eso, opiniones que no deberán alterar los términos de la convocatoria o de la invitación en el caso de los extranjeros, que pueden servir para mejorar las condiciones de la competencia electoral y en general, la calidad de la integridad electoral, sin dejar de considerar que tienen por supuesto, un impacto político.