La pandemia nos cambió la vida a todos

La pandemia nos cambió la vida a todos

Y es que en realidad nos cambió desde los hábitos del sueño, del trabajo, la alimentación, hasta el hábito de los afectos. (Dejando abrazos censurados y las sonrisas detrás de un cubreboca.)

En este sentido y derivado estos tiempos difíciles, hay un padecimiento que se ha hecho presente y se ha vuelto más común que el propio COVID.

-La ansiedad-

No escribiré cuáles son los síntomas para su diagnóstico. Basta con escuchar frases como:

- “De repente me entran unas ganas enormes de llorar. De la nada”.

- “DE REPENTE empiezo a sentir un miedo espantoso, como que ALGO me va a pasar”

- “Me empiezan a sudar las manos; sudo frío, siento un ardor en la espalda”

- “DE REPENTE siento que el aire me falta, que no puedo respirar, que me voy a desmayar… QUE ME PUEDO MORIR”

- “DE REPENTE empiezo a sentir una opresión en el pecho, tal vez es un problema del corazón, no sé, y de ahí viene el miedo.”

- “Por las noches no puedo dormir, me acuesto y empiezo a pensar y pensar, ya intenté tomar tés y nada funciona”.

- “DE REPENTE me entra una desesperación, quisiera solo salir corriendo…”

“.. Y no lo puedo explicar, y nadie lo puede entender, pero le juro que es real y ya no quiero sentir esto…”

Palabras más, palabras menos, de un discurso que hoy día se hace tan recurrente en las atenciones de salud mental.

Es ANSIEDAD, y la ansiedad también DUELE.

Lo primero es -RECONOCER- lo que le pasa a mi cuerpo.

ENTENDER que muchas veces, estas múltiples manifestaciones no son más que el resultado de emociones contenidas a lo largo del tiempo, de heridas sin sanar, palabras que no decimos, o simplemente la acumulación de un estrés constante que hace que tu cuerpo colapse y te diga de todos los modos en que puede hacerlo: “Hey, ¡basta! Necesito un respiro, ya no aguanto más…”

-Aprender a escuchar al cuerpo- ha sido el recurso perfecto para empezar a manejar la ansiedad. Podríamos empezar por dedicar más tiempo para complacernos (y dejar de pensar por un minuto en los demás. A veces, MUCHAS VECES, más que una necesidad eso ES UN DERECHO).

Pensar en nosotros implica, desde cocinarnos algo que nos gusta, escuchar nuestra música favorita, ver programas divertidos, jugar, pintar, escribir, cantar, hacer ejercicio, leer un buen libro, aprender algo nuevo, buscar técnicas de relajación. Puede incluso ser lo más absurdo, pero si te hace feliz, hazlo todos los días. Si llegaste hasta aquí, es porque quizá te identifiques o identifiques a alguien que está pasando por un cuadro de ansiedad.

Déjame entonces compartirte una técnica personal que te permitirá poner atención a esos detalles que quizá has ignorado por un tiempo. Cuando empieces a sentir miedo, angustia, ganas de llorar, cuando sientas que está a punto de pasarte algo recuerda esto:

“Piensa que lo peor que puede pasarte, es un desmayo, una crisis mucho más severa, algo muy desagradable, PERO NO LA MUERTE.” Después de que ese pensamiento pase por tu mente, te invito a ponerte en un lugar cómodo y seguro para tí, mientras realizas respiraciones lentas y controladas. (Inhalando por la nariz, exhalando por la boca.)

Seguido de ello, te pido que te dispongas a hablar con tu cuerpo haciéndole las siguientes afirmaciones:

- “Te escucho, sé que algo me quieres decir y aquí estoy para tí.” - “Te escucho, te pido que te tranquilices conmigo para que pronto podamos liberarnos de esas emociones que nos hacen daño.”

- “Te siento, te cuido y estoy contigo.”

- “Recibo lo que haces y acepto la forma en cómo te manifiestas, verás que vamos a encontrar nuevas formas de expresar lo que sientes sin que duela”.

La intención es que tengas un diálogo con tu cuerpo, y aprendan poco a poco y juntos a manejar las situaciones difíciles.

Hazlo.

Tampoco hay vacuna para esto, hay estilos de vida que pueden fortalecer tu salud mental. Así es que mientras sucede, RECONOCE y habla de lo que sientes porque hoy te necesitas más que nunca. Y no olvides que por muy difícil que sea:

No estás solo.. y esto también va a pasar.

Pd. Los créditos de este post, son para las personas que han confiado en mi trabajo, que me han enseñado con sus infinitas historias los matices de la vida; haciéndome experimentar la psicología como MAGIA PURA