La prensa de ayer y la prensa de hoy

La prensa de ayer y la prensa de hoy

Se quejan el gobierno y sus voceros de que la prensa crítica no los acompaña en su proyecto.

Sostienen que se trata de una prensa que no criticó a los gobiernos pasados y los critica a ellos por alguna de estas razones:

1. Porque teme perder o está perdiendo el dinero que antes recibía, 2. Porque no entiende la transformación en marcha, 3. Porque es parte de un plan para no dejar gobernar al nuevo gobierno.

Un salto delirante de esta última idea es que hay una conspiración para repetir en AMLO la historia de Madero: un golpe de Estado.

Paradoja: la prensa que el gobierno y sus voceros critican ahora como insolidaria, corrupta, ciega o conspirativa, es responsable en buena medida del triunfo del nuevo gobierno.

Repártanse como se quieran las virtudes críticas de la prensa, lo cierto es que las dos etiquetas fundamentales de opinión pública que hicieron triunfar a López Obrador y a Morena las sembró en la opinión pública precisamente esa prensa.

Una de las etiquetas fue la de la responsabilidad por la violencia que la prensa puso sobre el gobierno de Calderón. Otra fue la etiqueta de corrupción que puso sobre el gobierno de Peña Nieto.

Fueron las dos certidumbres públicas que le dieron el triunfo al gobierno actual, de manera que, para no haber sido crítica de los gobiernos anteriores, la prensa de ayer les hizo mucho daño, y abrió el camino al gobierno de hoy.

La prensa de hoy, por lo demás, es fundamentalmente la de ayer, pero está poniendo el acento en otras etiquetas.

Las nuevas etiquetas son las que derivan del desempeño del nuevo gobierno: ineptitud, estancamiento económico, concentración de poder y “autonomofobia”, como bautizó inspiradamente José Sarukhán a la batida gubernamental contra los órganos autónomos que equilibran y contienen al gobierno.

No seré yo quien niegue los vicios de la prensa mexicana. Llevo una vida hablando de eso y contra eso.

Pero el gobierno y sus seguidores no pueden decir que la prensa calló antes y ahora vocifera. La prensa en su conjunto hizo pedazos a Calderón y a Peña. Ahora hace la crítica de López Obrador.