Las bondades de los debates para Tabasco: Necesitamos grandes audiencias

Las bondades de los debates para Tabasco: Necesitamos grandes audiencias

Se sabe del poder que tienen los debates para cambiar las tendencias de voto y, en México, tenemos muchos, y espectaculares, ejemplos recientes. Pero para que un debate sea efectivo y permita a la gente acercarse a los candidatos que, confrontados el uno con el otro nos dan su verdadera dimensión, se necesita audiencia. Por eso, en Tabasco, los debates no serán fundamentales y no cambiarán ninguna tendencia, sino conseguimos alguna manera de que lleguen de forma masiva a los hogares o a grandes públicos. Los medios electrónicos no reúnen, ni por separado ni juntos a una gran cantidad de personas que pudiera inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Después de que se celebren, seguramente vendrán las mediciones interesadas de quien ganó o perdió la confrontación de los candidatos y de sus propuestas o ideas, pero eso no tendrá la menor importancia a la hora de las urnas. Es decir lo importante no es tanto el “rating” del evento sino el “share”. El share es la suma de las personas que prenden una televisión o un aparato de radio y en nuestro estado y son cada vez menos los que son fieles a los medios locales. ¿Cuál es la diferencia entre rating y share? Básicamente, y para explicarlo muy sencillo, el “share” es el tamaño del pastel y el “rating” es la parte de pastel que le toca a cada candidato. En este contexto sería muy importante que tanto el INE, como el IEPCT, como los candidatos buscaran formulas, que las hay, para garantizar que los debates que se celebren lleguen a la mayor parte de la gente. Fomentando la audiencia personal o en locales públicos que garanticen la participación de los electores en esa ceremonia, que ya es imprescindible cuando a una consulta electoral se le quiere poner el apelativo de “Democrática”, con propiedad y derecho. Seguramente que los que apuntan arriba en las encuestas tendrán resistencias muy grandes para debatir cuando los números les son favorables, pero no hay que olvidar que es una obligación moral y legal atreverse a polemizar con los contrincantes, ya que ahí es donde se ven varias cosas de tremenda importancia para el elector. El debate se hace imprescindible en Tabasco porque hoy en día no estamos discutiendo ni proyectos ni compromisos y todo se resume en “Ataca a tu enemigo lo más duro que puedas, en su vida pública o privada, da igual, porque lo que importa es herirle y “hacerle sangre”. Si es verdad o mentira lo que dices sobre tu adversario no importa, lo que “pega” es lo que te crean aunque no tenga nada que ver con la realidad. Por el contrario si organizamos un debate civilizado todos los tabasqueños ganamos porque lograremos que los candidatos/as sean tolerantes respecto a las diferencias, aprenderán a no subestimar al otro, no tendrán otro remedio que dejar intervenir a los demás, evitando la tendencia al monólogo y la monotonía, sabrán que el electorado castiga burlarse de la intervención de los adversarios, tendrán que evitar los gritos para acallar al interlocutor y deberán acompañar las críticas con propuestas.