Liberales vs el BOA conservador /II

En México, la disposición al diálogo y la negociación no ha logrado mantenerse como la principal herramienta para los acuerdos

En México, la disposición al diálogo y la negociación no ha logrado mantenerse como la principal herramienta para los acuerdos. Ni siquiera ahora que las circunstancias son tan adversas y complicadas.

A los dirigentes y representantes de los partidos políticos les gusta estirar la liga hasta el agotamiento de todas las reservas dispuestas para el control social, pensando siempre en las próximas elecciones en lugar de las generaciones futuras. Así ha sucedido en la construcción de nuestra democracia y en las llamadas reformas estructurales. Fue necesaria una alianza encubierta para que el PRI y el PAN, partidos que desde hace más de tres décadas han representado a la derecha, abrieran las puertas al neoliberalismo para privilegiar los intereses de una minoría en detrimento de la mayoría de la población.

Recordemos que las últimas reformas estructurales fueron estos dos partidos, acompañados por el PRD y el PVEM, los que a través del Pacto por México pusieron en venta las joyas de la corona, el petróleo y la electricidad, no sin antes colocar a Pemex y la CFE en un estado deplorable. También aprobaron la mal llamada reforma educativa, la de telecomunicaciones y la de competencia económica que solo han servido para mantener los monopolios de Telmex, Televisa y TVAzteca.

Luego de la salida de AMLO del PRD, la Nueva Izquierda comandada por “Los Chuchos” (Jesús Ortega y Jesús Zambrano) entregó su honra al entonces presidente Peña Nieto y suscribió alianzas electorales con el PAN, esto es, se definió por el ala conservadora del espectro político nacional. Esta definición le salió muy costosa al PRD, pues muchos de sus fundadores y cuadros políticos, así como la mayoría de sus militantes se alinearon al Movimiento de Regeneración Nacional.

       

Para nadie es un secreto que los grupos políticos y empresariales interesados en mantener los privilegios del régimen neoliberal están muy contrariados y molestos con las grandes transformaciones operadas desde que Morena tomó las riendas de la nación encabezados por AMLO para construir la 4T.

De manera abierta o velada los poderosos intereses económicos representados por los conservadores se hacen cada día más evidentes. Los grandes empresarios que se sentían dueños del país; la clase política del PRIAN y la que queda del PRD y PMC, dedicada a formar instituciones al servicio de esos intereses; los medios de comunicación y su comentocracia utilizados para la manipulación sobre las supuestas bondades del neoliberalismo y las clases medias que se han salvado de la precarización, no tienen otra posibilidad para recuperar el poder político y sus privilegios que mediante la formación del Bloque Amplio Opositor (BOA).

En Tabasco tenemos ya un frente opositor denominado "Ciudadanos Unidos por Tabasco", que intenta sumar fuerza del PRI, PAN, PRD, PES, con Manuel Andrade, Juan Manuel Focil, Juan José Rodríguez Prats y Adrián Hernández Balboa, entre otros, para cuestionar al gobernador Adán Augusto López Hernández y a AMLO.

A un año de las próximas elecciones la confrontación política está en su máxima expresión. Por eso la convocatoria del presidente AMLO a que liberales y conservadores se definan abiertamente y que estos últimos asuman con claridad su pretensión de formar el BOA a efecto de obtener la mayoría de los diputados federales en la elección de 2021 y revocarle el mandato en 2022.

Muchos de los señalados como integrantes del BOA pronto se deslindaron, aunque se sabe que guardan diferencias irreconciliables con el proyecto de la 4T. No obstante, de unas semanas para acá observamos una serie de manifestaciones sobre ruedas y en las redes sociales del Frente Nacional AntiAMLO (FRENAAA) que rebela la prisa que tiene los conservadores para que AMLO renuncie al cargo lo antes posible, ya que, según este grupo, las políticas de la 4T que combaten los privilegios y las profundas desigualdades sociales nos están llevan al “socialismo”. La simulación de estar en el centro de las orientaciones políticas de izquierda y de derecha ya nadie la cree. Deben dejar de estar embozados y definirse abiertamente.

El PAN y sus gobernadores, así como un grupo selecto de empresarios y medios de comunicación llevan mano en la conformación del BOA. Sin duda van a aprovechar el inevitable desgaste de las crisis de salud, económica y de inseguridad heredada, para sumar adeptos a su causa conservadora y reaccionaria.

Por parte de los liberales aún no queda claro si la izquierda morenista está de acuerdo con esta definición que nos remite a la histórica lucha decimonónica y que no permite una nítida distinción conceptual con el neoliberalismo. Pienso que el Estado de Bienestar que propone la 4T estaría más cercano a la socialdemocracia o, estirando mucho el concepto, al liberalismo democrático, con el objetivo de establecer un equilibrio dinámico entre libertad e igualdad.