Lo bailado, ¿quién lo quita?

¿Ha escuchado la canción "Nuestro juramento", que hace el planteamiento con ese formato de jurar respecto a qué hacer un amante u otro en el caso de la muerte de uno de ellos?

¿HA ESCUCHADO LA CANCIÓN "Nuestro juramento", que hace el planteamiento con ese formato de jurar respecto a qué hacer un amante u otro en el caso de la muerte de uno de ellos? Dice algo así que "si tú mueres primero es mi promesa escribiré la historia de nuestro amor", etc. Y "si yo muero primero es tu promesa derramar todo el llanto...". De entrada la canción refiere a los apegos y a la ausencia para siempre del otro.

SE PIENSA COMO ENTRADA y salida la muerte. No se sabe bien a bien entrada a qué, lo que sí se sabe que es la salida de la vida. Y las más de las veces es natural. ¿De qué murió? De muerte natural. Y esa es referencia a que murió de edad grande, como decir entre 90 y 100 años. Y de pronto encuentro, no recuerdo qué autor, que dice "nooo", no es natural morir grande; lo es morir en cualquier edad, porque lo natural del vivir es morir. Antinatural es morir grande y peor muy grande. Pero de entrada se me hizo rara dicha afirmación.

EL CASO ES QUE TENEMOS APEGOS a la vida la mayoría de seres vivos humanos. ¿A qué? De entrada a otras personas y por las razones que sean, pudiendo ser de amor, de amistad, de estimación, de aprecio. Entonces cuando alguien muere y le tenemos apego, sufrimos y entramos a una etapa que se le llama duelo. Y el duelo tiene varios momentos conocidos como son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

SIENDO LOS APEGOS HACIA PERSONAS, también pueden ser hacia otros seres vivos, actividades y cosas. Por ejemplo las artes, la naturaleza, el mar, las flores, el montañismo, cualquier deporte, los crepúsculos, etc. Los apegos refieren al bienestar que sentimos en contacto con todo lo que enlistamos antes. Y el sufrimiento que sentiríamos al dejarlos. La muerte de un ser amado nos derrumba, no por ellos, porque en todo caso ya no están, sino por seguir viviendo ya sin esa cercanía, sin esas palabras, sin esa presencia.

TENGO AMIGOS MUY QUERIDOS que han muerto. También amigas. Y ni se diga familiares: padres, hermano, hermanita, cuñados. Los duelos han sido a como corresponde, sin el remordimiento de que no los veía. La vida así va. La muerte así viene. Porque son complemento. Para que haya una está la otra y viceversa. Como dos caras de la misma moneda. Unos de los que menciono por enfermedad. Otros por accidente. Uno más a causa de la delincuencia. Y cómo no mencionar la muerte dentro del sueño de los justos. Con toda tranquilidad el pasar del sueño al otro sueño que ha de ser la muerte.

YO HE ESTADO CERCA DE LA MUERTE varias veces. Una por accidente. Otra en un raid que iba arriba de naranjas en un camión de carga, en una carretera a San Luis Potosí. De frente y de una curva apareció un autobús ADO rebasando a una velocidad alta. El autobús y el camión carguero de naranjas donde yo iba frenaron y quedaron a cinco centímetros de chocar. Las llantas de ambos vehículos en su fricción con la carretera quedaron más delgadas. Y humareda como si se estuvieran quemando. Yo lo vi todo porque iba comiendo naranjas y viendo al frente. Allí tenía yo 18 años. Y tres veces más han sido durmiendo, cuando se detuvo mi respiración y despierto en la oscuridad y empiezo a golpear mi cuerpo con la pared para reactivar el mecanismo mágico y maravilloso de la respiración.

HAY UN POEMA QUE ME GUSTA mucho de César Vallejo que dice  así: "Todos han muerto./ Murió doña Antonia, la ronca, que hacía pan barato en el burgo./ Murió el cura Santiago, a quien placía le saludasen los jóvenes y las mozas, respondiéndoles a todos, indistintamente: «Buenos días, José! Buenos días, María!»/ Murió aquella joven rubia, Carlota, dejando un hijito de meses, que luego también murió a los ocho días de la madre./ Murió mi tía Albina, que solía cantar tiempos y modos de heredad, en tanto cosía en los corredores, para Isidora, la criada de oficio, la honrosísima mujer./ Murió un viejo tuerto, su nombre no recuerdo, pero dormía al sol de la mañana, sentado ante la puerta del hojalatero de la esquina.../

MURIÓ RAYO, EL PERRO de mi altura, herido de un balazo de no se sabe quién./ Murió Lucas, mi cuñado en la paz de las cinturas, de quien me acuerdo cuando llueve y no hay nadie en mi experiencia./ Murió en mi revólver mi madre, en mi puño mi hermana y mi hermano en mi víscera sangrienta, los tres ligados por un género triste de tristeza, en el mes de agosto de años sucesivos./ Murió el músico Méndez, alto y muy borracho, que solfeaba en su clarinete tocatas melancólicas, a cuyo articulado se dormían las gallinas de mi barrio, mucho antes de que el sol se fuese. Murió mi eternidad y estoy velándola".

BELLO RECUENTO DE LOS MUERTOS. No por lista completa que hace el poeta, sino por el significado que tiene cada uno de ellos en su quehacer diario, en eso que se llama los apegos. Allí el poeta, que todo lo ve, los destaca, comunes, por sobre los demás también comunes. La belleza está en la mirada que mira lo sencillo, lo que parece que no compone mundo, pero es parte del todo.

AL FINAL DE CUENTAS, esa última estación de la vida a la que llamamos muerte, es la primera estación para el viaje del polvo en la reintegración a la materia misma. se sugiere vivir la vida de tal modo que al final de cuentas podamos decir en el último suspiro: lo bailado quién lo quita.