Los jóvenes deben tener acceso a las manifestaciones artísticas

El maestro Héctor Fernández (Oaxaca) trae en su corazón algo que se llama libertad

El maestro Héctor Fernández (Oaxaca) trae en su corazón algo que se llama libertad. Y esa libertad le ha permitido crear y recrear en el arte. Darle otro valor a la vida… a la sabiduría.

Su voz… pausada, paciente… invita a escucharlo por horas, porque de ella emana igual su pasión a la cultura que desde hace 51 años la viene tallando de forma profesional como todo un maestro, a veces a su gusto, pero más al lugar en donde habita.

Enamorado de su México, porque dice que en él hay pintura, escritura, teatro, poesía, danza, folklor, colorido y algo de misticismo. Caracterizado como un hombre que no se cansa de aprender y enseñar, sobre todo lo que un día desde casa sus padres le heredaron, desde la lectura, la música y -de nuevo- el arte en varios sentidos.

Más adelante vino la formación académica –en La Esmeralda - que lo llevó al mundo de la pintura, antes estuvo en talleres de música, aunque el origen que lo marcó fue en 1969 cuando lo invitaron a la Escuela de Educación Audiovisual, al Departamento de Teatro Educativo de Dibujos Animados en la Ciudad de México.

A Tabasco -desde hace 31 años- trajo su amor por ese arte popular con sus temáticas sobre el Día de Muertos y los nacimientos, de igual forma el teatro de muñecos, obsequiando sus enseñanzas a niños y adultos a través del grupo “Títeres de Chocolate”.

Profesor en el CEIBA desde 1988, donde actúa, practica y realiza sueños con jóvenes que en su momento no creían ni en ellos mismos, pero al final pudieron ver esa luz propia como una guía en su camino, y lo más loable es que algunos regresaron para darle las gracias.

“Al conocer el contexto en el que nos desarrollamos, estoy seguro que, así como necesitamos la ciencia y la tecnología, igual requerimos del desarrollo cultural artístico de todas las generaciones”, puntualiza.

“Lo que busco con los alumnos es que adquieran experiencias de acuerdo a su realidad, para que les deje un aprendizaje significativo desde su contexto”.

Convencido de que la cultura se debe promover, pero sin dejar a un lado lo universal, que es igual México, un lugar con toda esa diversidad de opciones para continuar formándose.

“Soy un convencido de que las nuevas generaciones deben tener acceso a todas las manifestaciones artísticas, más allá de lo que puedan ver en la televisión comercial”.

Actualmente está dedicado a una serie de talleres de elaboración de juguetes, a invitación de “Alas y Raíces”, un programa de la Secretaría de Cultura a nivel federal, y todo el mes de septiembre lo ocupará para estar algunos fines de semana en Pomoca, la ranchería Anacleto Canabal y terminar en dos ejidos del municipio de Tenosique.

El maestro Héctor Fernández guarda silencio, cierra sus ojos y los abre… toma aire, y luego encuentra frente a él nuevos retos: como regresar de forma virtual a dar sus clases en el CEIBA, pero nada de eso lo perturba, sabe que existen mil razones para continuar enseñando, compartiendo ese arte popular que lo marcó desde pequeño.

PARÉNTESIS

A 13 años de su muerte, que se cumplieron el pasado cinco de septiembre, el universo narrativo de la escritora Julieta Campos sigue vigente en las atmósferas donde resuena el mar de su natal Cuba. La obra realizada en Tabasco, donde acompañó a su esposo Enrique González Pedrero, dejó una honda huella; como todo lo que se hace por la cultura. (kundera_w@hotmail.com)