¿De verdad leyeron los libros los magistrados?

Salinas Pliego, dijo a través de su servil empleado Javier Alatorre, que los libros de texto gratuito son un peligro para el país

A raíz de la celeridad con que el dueño de TV Azteca, Salinas Pliego, dijo la otra noche, a través de su servil empleado Javier Alatorre, que los libros de texto gratuito son un peligro para el país porque traen el virus del comunismo, me dio risa y lástima: risa por oír tantas sandeces que se dicen, día a día, en la televisión comercial como TV Azteca y Televisa. Y me dio lástima de ver cómo hay personas lacayunas, como Javier Alatorre que, sin dignidad, se arrastran por un plato de lentejas.

Y luego me surgieron dos preguntas y una duda: ¿Ya tan rápido leyó este lacayo de Salinas Pliego los libros de texto como para atreverse a emitir tan tajante dictamen? Y la otra pregunta fue: ¿Los dueños de los medios y sus lacayos creen que somos tan imbéciles los millones de mexicanos como para que piensen que vamos a creer las estulticias como las que dijo la otra noche Javier Alatorre?

Y mi duda fue: Yo no sabía que los libros de texto gratuito fueran la causa del comunismo; porque ni el más ingenuo o tonto se la cree. Si a Salinas Pliego verdaderamente le interesara la salud mental de los niños de México y de todos los mexicanos, no debiera transmitir tanta basura por su televisora. La programación sosa de su televisora, así como la de Televisa sí embrutece y enseña a no pensar a los niños, los distrae y los entrena para cualquier gobierno autoritario. Si realmente le preocupara México a Salinas Pliego lo que debiera hacer es ponerse al corriente con el pago de sus impuestos. Les recomiendo la última revista Proceso.

Asimismo, y con igual celeridad, los magistrados de la Suprema Corte de “Justicia” de la Nación tomaron una decisión fax trac sobre los libros de texto, como todas las decisiones que toman a favor de la derecha, para excomulgar de volada los libros de texto gratuito. Más que un tercer poder, dedicado a respetar la ley y a hacer justicia, ese tribunal parece más el tribunal de la santa inquisición y, sin duda, al igual que el INE, es otro partido político aliado del PRIAN.

Al paso que llevan los magistrados de la corte, van a determinar que se quemen los libros como en la novela Fahrenheit 451 o aquellos libros que cita Alejo Carpentier en su novela “EL recurso del Método” donde las indicaciones del dictador eran que se quemaran todos los 2 libros cuyos títulos llevaran la palabra rojo. Rojo a propósito de comunista. Y las tropas nada letradas, como los de la corte, quemaron los libros de La Caperucita roja; “Rojo y negro” de Stendhal; “El lirio rojo” y “La aurora roja” de Pío Baroja, así como “La virgen roja” de Luis Michel, entre otros. Curiosamente no quemaron “EL capital”, “La Ideología alemana”, “La sagrada familia”, “Introducción a la economía política” o “El Anti Dühring”, entre otros libros de Marx y Engels. Esas muestras de ignorancia me recuerdan a los magistrados de la corte.

Y detrás de la mentira que dijo Alatorre la otra noche, ya apareció el peine. Resulta que detrás de la histeria de toda esta gente que han hecho sus fortunas de la corrupción, andan bailando mil quinientos millones de pesos. Es decir, la concesión para editar los libros se les daba a varias empresas españolas, concesión que implicaban la inversión de la nada despreciable cantidad de mil quinientos millones de pesos. Las empresas como Santillana y Trillas entre otras se embolsaban la nada desdeñable cantidad y, en la que al parecer; Salinas Pliego tiene intereses.

Es obvio que, a esa gente como Salinas Pliego, como a todos los fifís de la oposición, no les interesa México, ni la salud mental de los niños mexicanos. A ellos les interesa el dinero. Sólo han visto en nuestro país un lugar para hacer dinero con negocios chuecos y luego se van a vivir a España. Si realmente les interesaran los niños mexicanos, sus televisoras como TV Azteca y Televisa no transmitieran tanta basura mediática con su programación.

Y todo este asqueroso asunto me obliga a comentar textualmente tres anécdotas que nos llevan a una conclusión muy sabia; éstas me las envió por WhatsApp mi amigo, el ilustre y fino tabasqueño y Embajador de Uruguay, Víctor Manuel Barceló, corre película:

1.- “El juez preguntó al asesino del expresidente egipcio: ¿Por qué mataste a Mohamed Anwar al Sadat? Y el asesino le respondió: ¡Porque era un secular! El juez le preguntó: ¿Qué significa secular? El asesino dijo: ¡No lo sé!

2.- En el caso del intento de asesinato del fallecido escritor egipcio Naguib Mahfuz, el juez preguntó al hombre: ¿Por qué lo apuñalaste? El terrorista muy convencido y de manera categórica le contestó: -Por su novela “Los niños de nuestro barrio”. Y el juez preguntó: ¿Has leído esta novela? El criminal de manera indiferente le respondió de manera tajante con un simple: ¡No!

3.- Otro juez le preguntó al terrorista que mató al escritor egipcio, Farag Foda. ¿Por qué asesinaste a Farag Foda? El terrorista de inmediato respondió: ¡Porque es un infiel! El juez le preguntó: ¿Cómo sabías que era infiel? El terrorista respondió: “Según los libros que escribió”. El juez le dijo: ¿Y cuál de sus libros te hizo creer que era infiel? Y el terrorista de manera valemadrista, sin más ni más le contestó ¡No he leído sus libros! -¡Ah! dijo el juez asombrado. Y sorprendido le preguntó: ¿Cómo? El terrorista muy molesto le respondió, casi un grito: ¡No sé leer, ni escribir! Y el juez se quedó estupefacto, helado, no creía lo que estaba oyendo.

Moraleja: El odio nunca se propaga a través del conocimiento. Se propaga por ignorancia”. Leer libros ennoblece, el hombre sabio no odia. El necio y el ambicioso del dinero, sí odia.

Así sucede con la respuesta que la derecha les ha dado a los libros de texto gratuito: está llena de ignorancia y de odio contra AMLO porque su gobierno de la 4T le echó abajo otro negocito sucio donde andaban bailando mil quinientos millones de pesos.

Como la derecha carece de un proyecto de nación, como tampoco lo tiene la vende gelatina, descendiente directa de Caltzontzin Inspector y buena para las mentiras, personaje de opereta al fin, no le queda de otra que el insulto, la mentira y la calumnia. (Catedrático universitario)