Más, muchos más empleos…pero productivos

Más, muchos más empleos…pero productivos

Las largas filas en el Parque Tabasco de Villahermosa, como respuesta a la convocatoria para ingresar a la Bolsa de Trabajo en la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Paraíso, confirma por una parte la necesidad de empleo en la entidad –estamos en el primer lugar de desocupación-, pero también por otra parte el impacto positivo que las inversiones anunciadas por el gobierno federal tendrán de manera indirecta e indirecta en la ofertas de plazas laborales.

Se ha dicho que tan sólo la refinería permite abrir unos 20 mil empleos directos, para lo cual la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos instalaron unos módulos para la recepción de documentos en la capital tabasqueña; aunque originalmente se habló de que este proceso serpia en Paraíso. La convocatoria pública fue anunciada por el gobernador Adán Augusto López, quien en reiteradas ocasiones ha dicho que el 90 por ciento de los empleos en la Bolsa de Trabajo será para mano de obra tabasqueña. Explicó que así lo establecen los convenios con las empresas que participaron en la licitación de la refinería (licitación, por cierto, cancelada).

Se ha calculado que la extraordinaria obra que se realizará mediante un esquema de “construcción acelerada”, podría resultar en unos cien mil empleos indirectos. Rocío Nahkle, titular de la Sener, calcula en hasta 135 mil el total de nuevos empleos. El esquema de la edificación prevé “tres paquetes” elaboración: en el paquete uno, planta combinada y planta coquizadora; en el dos, plantas hidrosulfuradoras de diésel, de gasóleos y reformadora de naftas; en el tres, planta de desintegración catalítica e isomerizadora de butanos, pentanos y hexanos, y recuperadora de hidrógeno y productora de nitrógeno.

Por lo que hace al paquete cuatro, sería para plantas de aguas amargas no fenólicas, amargas fenólicas y de tratamiento de gases. En el cinco, almacenamiento y manejo del producto. En el seis es incluyen los servicios de integración, edificios y urbanización interna.

Sin duda que en varias de estas etapas se requerirá personal especializado, por lo que no se descarta que entre los demandantes de las nuevas plazas estén los trabajadores dados de baja por Pemex. Pero de igual manera, según se supo en el transcurso de la jornada, los gobiernos de Campeche y Veracruz, fletaron camiones con obreros desempleados. Mucha organización y transparencia requerirá esta etapa para no generar malos entendidos y conflictos. En lo que sí han sido enfáticas es en que no permitirán la presencia de “coyotes”, “gestores” o “sindicatos fantasma”.

Tabasco, y toda la región, requiere de empleos productivos. A mediano plazo se tiene que establecer el mecanismo para los empleos permanentes y sostenibles, no subsidiados. Pero también para diversificar la economía.

Hay que escuchar al presidente López Obrador cuando dice que ahora estamos en una etapa de hacer las cosas de manera distinta. Habla AMLO de dejar atrás el fallido modelo neoliberal; pero sobre todo rebasar el viejo esquema de hacer política, con negocios privados al amparo del poder público. La creciente demanda de empleos requiere de inversiones productivas.

DIVERSIFICAR, EL FUTURO

No todo pega con el petróleo. Abrir el mercado local a empresarios nacionales es fundamental para mantener cierta autonomía, y sobre todo la posibilidad de una economía diversificada, que no dependa sólo de la industria extractiva, Por eso se debe dar la bienvenida a los inversionistas de la Cooperativa Pascual.

Esta empresa mexicana, busca establecerse en nuestro estado, y tiene una historia que mucha gente de izquierda respeta, precisamente porque fueron sus trabajadores que en un momento aciago la rescataron. La empresa Embotelladora Pascual SA fue fundada a finales de la década de los años treinta y principios de los cuarenta, por Rafael Víctor Jiménez Zamudio. Los primeros productos que lanzó al mercado fueron paletas, después agua embotellada en garrafón y por último los refrescos Pascual. Las primeras instalaciones se ubicaron en la colonia Anáhuac, posteriormente en la colonia San Rafael y por último en la colonia Tránsito, en la Ciudad de México.

Ya establecidos en la colonia Tránsito, a principio de los años 50, la empresa contaba con una estabilidad. Publicitado con el eslogan “Fruta en su refresco” la gente comenzó a identificar al “Pato Pascual”. Por crisis de 1982 el gobierno decretó un aumento obligatorio al salario del 10%, 20% o 30% de acuerdo al monto de las remuneraciones de los trabajadores del país. El dueño de Pascual argumentó que no podía financiar este aumento y los trabajadores se declararon en huelga, ante esta situación, y con la asesoría de Demetrio Vallejo, el gobierno le dio la razón al movimiento obrero, por lo que el dueño se declaró en bancarrota y cerró Pascual. Se procedió entonces a rematar los activos de la empresa, y fueron los mismos trabajadores los que los compraron, fundando la Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual S.C.L. Su principal producto es una línea de bebidas no carbonatadas que contienen jugo o pulpa de fruta. También produce una línea de bebidas carbonatadas.

La empresa consume alrededor de 20 mil toneladas de fruta anualmente y 24 mil toneladas de azúcar. Azúcar y agua, interesante ¿no cree usted?. En un estado como Tabasco, que tiene un ingenio azucarero adquirido por un particular, y tiene el principal recurso que necesitan las refresqueras: agua. Veremos cómo nos va y les va. Tiene que ser positivo.