Mentimos mucho en las encuestas

Mentimos mucho en las encuestas

Una buena prueba de que “el arroz no se coció”, como argumentan desde MORENA, es lo que ha ocurrido en las elecciones colombianas que se celebraron el pasado domingo. Todas las encuestas daban como ganador al candidato comunista por más de 20 puntos pero una vez realizada la votación y contados los votos quedó en quinto lugar. El voto útil funcionó en su contra y se confirmó que la gente miente y mucho cuando son, somos, encuestados. Es natural. Cuando hay cientos de miles de personas que agresivamente insultan y satanizan a los priistas y a los panistas, en las redes sociales y en persona, como si fueran los militantes de a pie los que se han robado el presupuesto nacional y como si hubieran pertenecido a la cúpula de “la mafia del poder” pues no se fían de los encuestadores y les mienten. Y ese voto oculto es el que da el vuelco a las elecciones y decide finalmente hacia que lado se decanta el voto. Es muy triste decir esto, pero hoy en día hay que ser muy valiente para presumir ser priista o panista en público, no nos engañemos. Porque, en contra de las mínimas reglas democráticas, vivimos en un escenario en el que unos cuantos, que dicen que son muchos, que aseguran que son la mayoría, pretenden obligarnos al pensamiento único. Y no es cierto. Ni son mayoría, ni todos pensamos como ellos, ni por eso tenemos que ser sometidos al escarnio público. Y eso se ve reflejado en las encuestas de forma abrumadora. Como nunca tenemos que desconfiar de esa herramienta de medición de la opinión pública porque es complicado, -por no decir otra cosa más fuerte-, opinar en este México en el que actualmente vivimos. Dice el poeta: Mañana será otro día…Si esto fuera para siempre…Os juro que no podría. Lo cierto es que si ya mentíamos en las encuestas, cosa que se ha comprobado en el pésimo desempeño de las mediciones en otras consultas electorales en México, hoy en día mentimos más.  A veces lo que se ve venir es peor que cuando llega. El resto del Gobierno que nos queda está en calidad de “Juárez”, y nos ha anunciado a todos que, salvo los ladrones más acreditados, vamos a ir a peor. Vamos a tener que hacer números durante los dos años próximos y todos van a ser de circo, pero no hay que ponerse la venda antes de la herida. ¡Arriba los corazones! No se puede estar a la vez preso y asustado. El pesimismo no es sólo un estado de lucidez que nos hace ver las cosas tal y como son, sino algo anulador que nos impide mejorarlas. Todo es peorable y mayo deja de ser el mes más cruel del año si lo miramos con otros ojos. Su mala fama se debe a un poeta genial, pero ya sabemos que los genios se parecen a las personas vulgares en que en ambos sectores pueden florecer algunas tonterías. ¿Por qué va a ser mayo, el ciclo más penoso? Eso es mentira. Lo que es verdad es que vamos a pasarlo mal en los dos años que vienen, porque el nuevo gobierno que llegue no va a poder impedirlo. ¡Ánimo! Yo no sé de dónde voy a sacarlo, pero estoy dispuesto a encontrarlo.