Meten orden a los inconformes con las encuestas; todo a su tiempo

Voy a apoyar a quien gane la encuesta, insistió el presidente Andrés Manuel López Obrador

Voy a apoyar a quien gane la encuesta, insistió el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la insistencia de que se pronunciara abiertamente por alguien que está en la tercia de aspirantes: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. Todos ellos con responsabilidades en el gobierno de la Cuarta Transformación. Como le mencioné y es sabido, Ricardo Monreal busca la manera de integrarse a esa baraja sucesoria. Por ahora salvó el posible proceso de expulsión y los opositores se quedaron esperando.

Le decía en una anterior colaboración que Morena tiene establecido en sus estatutos el método de las encuestas. Un mecanismo que por la naturaleza humana y la normalidad de la política no deja a todos contentos. Hay quienes se ha inconformado hasta por un punto porcentual…o porque traen sus propias encuestas.

En los estatutos de Morena, como en todo juego que tiene un árbitro que garantice una contienda limpia y democrática, existen previsiones. El Consejo Nacional, dice la norma morenista, creará una comisión integrada por tres “técnicos especialistas de inobjetable trayectoria y honestidad” para darle certeza a los resultados que arroje el sondeo. 

Una encuesta refleja con nitidez el arrastre que tiene cada aspirante a alcalde, gobernador y presidente. Es una instantánea de la intención del voto que cada uno de los precandidatos genera a partir del grado de conocimiento, trayectoria, capacidad, simpatía, compromiso y lealtad que muestre en su desempeño público. 

Todos los que aspiran a ocupar un cargo de elección popular por esta vía, están conscientes de que la medición solo arroja a un ganador y deben aceptar el resultado, sobre todo si este es adverso. 

Así pasó en la definición de la candidatura a gobernador de Coahuila. La encuesta dio por ganador al senador Armando Guadiana Tijerina por encima del subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, quien era considerado el favorito del presidente. 

Mejía Berdeja se mostró renuente a aceptar que no ganó el sondeo. La rabieta duró poco, terminó aceptando que no le favoreció. 

Cuando se defina la candidatura presidencial, seguramente se vivirá un proceso similar. Unos aceptaran que no les favoreció la encuesta y otros seguramente van a descalificarla, principalmente quienes se han pronunciado en contra de este método. 

En el inciso “C” del artículo 42 del estatuto -capítulo quinto, relativo a la participación electoral- advierte que “no se admitirá forma alguna de presión o manipulación de la voluntad de los integrantes de Morena por grupos internos, corrientes o facciones o, por grupos o intereses externos” a ese partido. 

Ya veremos qué pasará cuando se eche a andar la maquinaria electoral para elegir candidatos, principalmente al presidencial, si será una contienda democrática y justa o una lucha de corrientes o facciones o de grupos o intereses externos a Morena. 

Lo que está en juego no es cualquier cosa, nada menos que la continuidad de un proyecto de transformación nacional, profundizar los cambios iniciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.  

POSDATA

Pierden el tiempo quienes tratan de llenarle “el buche de piedritas” al líder y fundador de Morena. Sufrió López Obrador intensas campañas mediáticas no sólo a finales de los ochenta sino especialmente cuando Roberto Madrazo y Andrés Granier fueron gobernadores, el primero indiscutiblemente dicen los obradoristas producto de un fraude. AMLO sabe de dónde vienen las pedradas y los golpes bajos.