Muerto el tripartidismo hemos descubierto que hay más maneras de equivocarse

Muerto el tripartidismo hemos descubierto que hay más maneras de equivocarse

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Muerto el tripartidismo hemos descubierto que hay más maneras de equivocarse

Ya lo sabíamos por el más doloroso de los medios de conocimiento, que es la experiencia, y lo confirma la benemérita organización Cáritas: el trabajo no saca de pobre a nadie que no haya sabido buscarse otra salida. Ocurre que los menesterosos, que ahora se llaman “los menos favorecidos”, no pueden lamentarse por no haber encontrado trabajo, pero tienen todo el derecho para decir que el que encontraron no les llega ni para el pan ni para las botanas, que son dos cosas igualmente necesarias. Tabasco se ha convertido en una tierra de famélicos que trabajan y tienen que solicitar ayuda para llegar exhaustos a fin de mes. No se trata de vagos, gremio que respeto personalmente muchísimo y que si no envidio es porque nunca he sabido envidiar, son personas que se inflan de trabajar viendo cómo los que engordan son otros. La pobreza en Tabasco está adquiriendo un carácter intergeneracional. Dicho de otra manera, es congénita y hereditaria o, como explicaba aquel catedrático hablando de genética, “de padres estériles, hijos estériles”. También ahora y como demostración de la debilidad del Estado en materia de protección social, los padres pobres tienen todas las papeletas para que sus hijos sigan siéndolo. Bendita la rama que sale al árbol, pero los datos son los datos y hay que hacerles más caso que a las opiniones. Mientras, nos cuentan que la lucha contra la marginación social va muy bien y hay que seguir por el mismo camino. A la salida nos veremos. Convendría que antes de hablar y de soltar alegremente cifras que tratan de convencernos de que vivimos en otro mundo reflexionemos. Reflexionar una vez al año no hace daño. Es bueno para todos, incluso para los que no están entrenados, porque pensar es someter a juicio antes de elegir. Hay quienes creen que esa meditación es innecesaria, ya que únicamente podemos escoger entre lo que nos proponen, pero el solo hecho de cuestionar las ofertas resulta beneficioso. Quienes tienen resuelto el itinerario que hemos de seguir todos después, o sea, la Guía Michelin de la muerte tienen grandes ventajas, pero los que desean mejorar la estancia terrestre, dudan. ¿Qué partido tomar, habiendo fallecido el tripartidismo? Antes, la cosa estaba en unos o en otros, pero hemos hecho un gran descubrimiento: hay más maneras de equivocarse. El bipartidismo ha muerto y muchos ciudadanos responsables han encontrado una buena excusa para no ir a votar en julio pero eso es entregar tu voto a la desesperanza. Más intrigante que no saber a dónde vamos y de dónde venimos es ignorar el sitio en que estamos. Hay quienes aseguran que estamos viviendo una transición, que ojalá dure menos que la primera, pero lo cierto es que todo es confusión. No es lo malo eso de no saber qué será de nosotros, ya que el azar es nuestra deidad, si no ignorar quiénes son los nuestros.

Por Antonio López de la Iglesia