Néstor Ramírez: pasión por la lectura, arte de compartirla

Néstor Ramírez Peña es un lector natural. Tiene una sala de lectura (Justita Arenas) con más de 20 años de forma ininterrumpida en la delegación Tláhuac

Néstor Ramírez Peña es un lector natural. Tiene una sala de lectura (Justita Arenas) con más de 20 años de forma ininterrumpida en la delegación Tláhuac, Ciudad de México. Sus dos estrategias principales son la lectura en voz alta y la animación a partir de los libros. 

Ese arte por compartir y enseñar son sinónimos de reconocimiento, no sólo de placa y papel, sino de las personas que viven por la zona: obreros, amas de casa, estudiantes, niños, jóvenes, personas de la tercera edad que le agradecen las lecturas de cuentos, novelas, talleres, conferencias y pláticas. 

A Néstor Ramírez no le interesa el escenario, lo mismo promueve en su casa o puede estar en la estancia de otra vivienda, lo importante es difundir y acompañar la lectura.

El Contador Público de formación, puntualiza que después de un accidente automovilístico comprendió que tenía una oportunidad más para continuar en esta vida, y le dio un giro completo. 

Una convocatoria hizo el cambio el rumbo, se trataba de entrar a un programa de “libro club” en la Ciudad de México.

Dice que desde siempre una de sus aficiones personales fue comprar libros, y además hablaba de ellos con sus amigos y familiares.

Y llegó ese día: Una prima le informó que le hablaban del Instituto de Cultura porque había quedado para la beca. Ahí recibió el primer seminario de mediador de lectura.

Entonces sus actividades consistían (de martes a viernes) en leerles a las personas en la delegación Tláhuac, en espacios distintos. También coordinó una revista literaria, dio capacitación para docentes con los planes lectores y se convirtió en narrador.   

De manera paralela vino la invitación de una asociación, con el mismo fin de la lectura, e inició con talleres en las ferias de libros. 

Sobre su sala comenta que para formarse asistió a módulos, los cuales eran cada año, pero ya contaba con un acervo de al menos 500 obras.

Al iniciar en ella, a la par lo invitaron a un proyecto, cuyo programa tiene que ver con la lectura de primera infancia, y es donde inician las actividades en Justita Arenas.

“La participación no sólo fue con niños sino con las mamás y adultos mayores, quienes empezaron a crecer como lectores, además hice registros de lo que iba realizando, y al mismo tiempo seguí leyendo para mí, y tomé otros diplomados y talleres”, indica.  

La sala fue creciendo a tal grado que se convirtió en un referente, y empezó a ser visitada por escritores, asociaciones, unos investigadores de Arizona y periodistas.

“Se convirtió en un referente porque cada año realizamos la velada del Día de Muertos, donde se rescatan las tradiciones, además de hacer lecturas, y obras de teatro, porque con el crecimiento urbano se han ido perdiendo, entonces nosotros empezamos a crear concursos de disfraces, calaveras…”.

Néstor encontró su destino en este singular universo, en el cual no deja de soñar, donde no se cansa de ser un mediador, un roble, un cedro, pero ante todo un ser humano sensible que aún le causa asombro y pasión una historia al momento de contarla, como la de “La Mosca”, donde sube y baja la voz, forma personajes en el aire y contagia con su emoción.

  

PARÉNTESIS

Para este diez de octubre, la secretaría de Cultura invita a la conferencia online que impartirá Oscar de la Borbolla, con el tema “La lectura como refugio para la libertad”. Los horarios son 6 de la tarde y 8 de la noche….Mientras, en lo político y social, Javier May hace su trabajo en Tabasco, en una acción coordinada con el gobierno estatal y los municipales.