Pemex: la inminencia

El problema es que la producción de los cuatro grandes pozos de Pemex parece haber alcanzado un tope

Hay que mirar con preocupación lo que pasa en Pemex. Mejor dicho: lo que no pasa.

Con los datos duros más recientes de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Jorge Andrés Castañeda ha hecho el análisis de lo que sucede realmente, pozo por pozo, con la producción petrolera de Pemex (https://t.co/xp6X0VQv0l).

Su conteo vale como una cuenta regresiva hacia la inminente descalificación de la empresa como un destino sano para la inversión, lo cual significaría la salida obligatoria de fondos internacionales invertidos en valores de la empresa y, con ello, un riesgo de baja en la calificación de la deuda soberana de México.

El problema es que la producción de los cuatro grandes pozos de Pemex parece haber alcanzado un tope.

Tres de esos pozos corresponden al yacimiento Ku Maloob Zaan. Representan 44 por ciento de la producción actual. Esos tres campos mejoraron en 2019. Pasaron de producir 714 mil barriles diarios a 756 mil.

El cuarto pozo que mejoró en 2019 fue el campo Xanab, situado en aguas someras de Tabasco. Pasó de producir 34 mil barriles diarios en enero de 2019 a 75 mil en diciembre.

Pero Xanab es un campo dañado estructuralmente, pues su sobreexplotación lo invadió de agua. En 2018 producía 174 mil barriles y ahora, aún con la mejora de 2019, produce sólo 75 mil.

El aumento de la producción en estos cuatro pozos, dice la Comisión Reguladora de Hidrocarburos, representó 85 por ciento del aumento de la producción de Pemex en 2019.

Imposible esperar de estos pozos un gran salto productivo. Tampoco puede esperarse mucho de los otros, en general campos maduros, ya explotados.

Los 20 campos prioritarios definidos por la empresa aportaron en diciembre pasado solo 6 mil barriles diarios, muy lejos de los 70 mil prometidos a los inversionistas en septiembre.

Se dice que en febrero habrá un anuncio de inversión privada en petróleo. Si no incluye mecanismos convincentes para un aumento de la producción, concluye Castañeda, “la pérdida de grado de inversión parece inevitable para Pemex".

Vale decir, que “Pemex está en una situación muy delicada y es un riesgo sistémico para la economía del país”.