Sí, pero no.
Así como hay hombres igual se tienen a mujeres para aspirar a presidir el Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos
Así como hay hombres igual se tienen a mujeres para aspirar a presidir el Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, uno de los derechos políticos consagrados en el artículo 35 constitucional federal, «votar y ser votado». Sin embargo, una aspiración debe sustentarse en los argumentos de capacidades y competencias acreditadas por una trascendental experiencia en la función pública, y no por méritos de ser al que sigue.
Por supuesto que este país de 126 millones de mexicanos consignados a marzo de 2020, por el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, puede ser gobernado por una mujer, que las hay con argumentos y solvencia política, sensibilidad y empática con el colectivo social, además de pulcritud moralmente.
Aunque en la autocrítica nacional son escasos perfiles de mujeres políticas equiparables a una Angela Merkel, quien como presidenta de Alemania mostró liderazgo en Alemania y además entre las naciones la Unión Europea. Hallar a alguien con formación ideológica de la ex Canciller Federal Alemana sería un tanto complicado en una o en la conjunción de varias, aplicando igual entre varones.
Entre el empresariado hay mujeres exitosas, reconocidas en la esfera mundial. Caso María Asunción Aramburuzabala, copropietaria en su momento de Grupo Modelo, con presencia mundial, y ex Accionista de Televisa con asiento en el Consejo de Administración. Hoy presidenta y directora general de Tresalia Capital, un fondo de inversiones en varios sectores.
Destaca igual Leticia Jáuregui, fundadora de Crea, una asociación civil que trabaja en soluciones para el desarrollo de mujeres emprendedores y con perspectiva de género, reconocida por la Universidad de Stanford y por el Banco Mundial por su metodología que ha aumentado los ingresos de las empresas lideradas por mujeres en zonas marginadas del país. Es creadora del programa Mujeres Moviendo a México.
Desde Rosario Ibarra de Piedra quien fue candidata en dos ocasiones, pasando por Marcela Lombardo Otero, Cecilia Soto, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota, hasta Margarita Zavala Gómez del Campo, cada una con sus argumentos fueron candidatas a la Presidencia de la República, en sus tiempos y circunstancias. Mujeres políticas hay, sólo que no las dejan ser.
Quizás la candidatura de Josefina Vázquez Mota con sus claroscuros sea hasta ahora la más controvertida, imponiéndose internamente en su partido político por sobre Ernesto Cordero, el preferido. Aunque, en medio del «fuego amigo», fue víctima del desdén y ausencia en el respaldo. Aun así logró 12 millones 732 mil 630 votos, según los resultados oficiales del Instituto Federal Electoral de 2012, pese a todo y contra todos.
Entre las y los aspirantes de Morena que pujan por quedarse con la candidatura presidencial y eventualmente sucesora del Ejecutivo Federal en funciones, Claudia Sheinbaum destaca como la única mujer dentro de la terna, independientemente de que se hayan mencionado a Tatiana Clouthier y Rocío Nahle, sabedoras que no figuran.
«México está preparado para ser presidido por una mujer (…) Yo estoy preparada para ser Presidenta de México» ha dicho Sheinbaum en eventos públicos y en medios de comunicación.
Sin pretender incurrir en misoginia ni que se interprete violencia política de género, este columnista opina que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México con el discurrir del tiempo ha evidenciado lo contrario a su retórica de aspiración.
Los propios habitantes de la Ciudad de México muestreados en las encuestas por mayoría de 57 por ciento o más han respondido su negativa a otorgarle su voto, en la eventualidad de que fuera la candidata presidencial por Morena.
El Ejecutivo del país le ha reprendido sus yerros (como lo ha hecho con otros aspirantes) dándole instrucciones de gestionar con el Secretario de Gobernación la solución a sus problemas en la administración pública.
eduhdez@yahoo.com