Síndrome de estocolmo, morder la mano

Decía Malcolm X que el ver los medios, la televisión, la radio, la prensa, nos lleva a odiar a las víctimas y terminamos adorando a los victimarios

Decía Malcolm X que el ver los medios, la televisión, la radio, la prensa, nos lleva a odiar a las víctimas y terminamos adorando a los victimarios.  Y esto parece confirmarse cuando vemos a supuestos líderes zapatistas e incluso a comunicadores como Carmen Aristegui que se declaran férreos oponentes al régimen que los beneficia o les brinda la libertad.

Así también, vemos  el contrasentido de  que cuando por primera vez: tenemos a un paisano en la Presidencia, nos  traen a Villahermosa la sede de la Secretaría de Energía, una inversión de 150,000 millones en la refinería, el Tren Maya, entre otras muchas cosas, hay tabasqueños que increíblemente critican estos beneficios y se transforman en enemigos mortales de quien nos apoya y no les ha causado ningún daño.

En Yucatán sucede algo similar. Abundan los yucatecos a los que se  les está llevando el gas que necesitan, el Tren Maya, pero también critican estas obras y organizan marchas en contra de su benefactor.

Afectados por el Síndrome de Estocolmo, estos desubicados, por llamarlos en una forma más amigable, añoran un régimen que durante 36 años paralizó al país con un crecimiento de 30%, en promedio 0.5%  anual, pero que adicional al cero crecimiento, desmantelaron la nación vendiendo todo, acerías, ferrocarriles, bancos, líneas aéreas, aeropuertos,  petroquímicas,  TODO, TODO, ¿y el dinero?

Pero a más del desmantelamiento, sobre explotaron el petróleo; tres millones cuatrocientos mil barriles diarios vendidos en el mejor auge a más de 100 dólares el barril, bonanza como nunca, ¿y el dinero?

Pero allí no para la cosa. Al cero crecimiento, al desmantelamiento del país, y a la bonanza petrolera, tenemos que agregar un monstruoso crecimiento de la deuda: recibieron 700 mil millones y nos dejan un endeudamiento de más de ONCE BILLONES, hipotecando hasta nuestros tatataranietos.

Y este régimen del PRIAN, que convirtieron a México  en un inmenso campo de fosas clandestinas, más de 40,000 desaparecidos reconocidos con nombre y apellidos; cientos de miles de desplazados, más de la mitad de la población en  pobreza extrema, y los pocos que laboran con los salarios más bajos de América Latina. ¿Es ése el régimen que quieren que regrese?

Yo diría que  no hay que morder la mano que  quita el bozal. Si que regresen, pero el dinero del desmantelamiento del país, el dinero de la bonanza petrolera y el dinero del inexplicable y monstruoso endeudamiento de más de ONCE BILLONES.

Allí es donde tiene que trabajar la Unidad de inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. Rastrear el dinero, ubicar en qué paraíso fiscal se ubica esta enorme fortuna, a nombre de quienes, y reintegrar a México lo que le fue saqueado. Y meter a la cárcel a los saqueadores.

ALSACIA

Alsacia, en francés Alsace y en alemán Elsass, es una provincia francesa limítrofe con Alemania y Suiza, de origen y habla germánica, cedida por los Habsburgos de Austria a Francia en 1648, al término de la guerra de los treinta años.

Es una región rica en historia, y famosa por su gastronomía y por sus vinos. Su  capital  Estrasburgo,  es una bellísima ciudad convertida en una de las capitales de la Unión Europea,  sede del Parlamento Europeo y de otras 6 organizaciones internacionales.  

Se convirtió en origen de la rivalidad franco-germánica, y durante el II reich, 1871/1919 y el III reich, 1940/1945 se prohibió cualquier tipo de mención en el idioma francés, estando ocupada durante estos períodos.

El centro histórico de Estrasburgo, unido por canales al Rin, fue declarado Patrimonio  de la Humanidad por la Unesco, y su imponente catedral, joya del arte gótico, con su única torre que se levanta 142 sobre el suelo, fue considerada la obra arquitectónica más alta  de la cristiandad, y durante dos siglos la más alta del mundo, y destacadamente  forma parte de tres catedrales famosas del alto Rin,  la de Basilea, al sur y la de Friburgo, en Alemania en la margen opuesta de esta vía, la más transitada del mundo.

Pero Estrasburgo no solo representa la reconciliación europea. Es uno de los principales puertos fluviales del continente y alberga la mayor población estudiantil de Francia, país del que es también la segunda ciudad cultural, solo después de Paris.

En la emblemática plaza de la catedral, se encuentra la Maisón Kammerzell, un bellísimo edificio medieval,  el más hermoso de Estrasburgo, de tres plantas, actualmente convertido en hotel con un restaurante cuya visita es obligada para una experiencia única e inolvidable.

Todo el centro de Estrasburgo es hermoso, con sus casas de entramado y balcones floreados, por el que transcurren canales de aguas límpidas, pero destaca la casa Kammerzell por sus tonos marrones y rojizos, su arquitectura medieval y sus 75 ventanas rodeadas de esculturas  sacras y profanas, que se enciendes cada noche, brindando  unas vistas de ensueño.

Siempre que vamos a París, comemos en la Mansión de Alsacia, en los Campos Elíseos, y disfrutamos el choucrute, plato a base de cerdo y col agria, y degustamos sus famosos vinos. Salvo en nuestro último viaje en 2012, en que desafortunadamente encontramos cerrado este templo de la gastronomía, tal vez por remodelación. Al menos, eso espero.

Nuestra invitación, pues, a viajar, mientras la vida nos lo permita, que es lo único que al final nos podemos llevar; a disfrutar Estrasburgo y a comer en la Maison Kammerzell y en la Maispoin de Alsacia en Paris. Buen Provecho.