OPINIÓN

Sociología y elección judicial
25/04/2025

El peso de los capitales en el voto ciudadano.

A pesar de que el ensayista, escritor, polemista y poeta Octavio Paz tiene dos apuntes nada positivos sobre la sociología, soy un convencido de que en la práctica sí es conveniente tenerla en cuenta para entender y explicar la cotidianidad de cada conglomerado social. El premio Nobel de literatura escribió: 1.- "Las ciencias que tratan de dar explicaciones globales como la sociología me dan terror, especialmente cuando veo que fueron fundadas por el gran Augusto Comte, aquel que inventó la religión de la humanidad y otras peligrosas quimeras"; y 2.- "No soy historiador y menos aún sociólogo... En cuanto a la sociología: su materia y sus límites son vagos, sus conclusiones inciertas".

          Reitero: a pesar de que Paz externó lo anterior, me atrevo a sostener que la sociología es un valioso instrumento teórico y metodológico para analizar los sucesos actuales, como podría ser, por ejemplo, el proceso electoral para la renovación de las personas juzgadoras, cuyo desenlace, en el caso de que no se judicialicen los resultados, se dará en la jornada electoral a celebrarse el próximo domingo 1 de junio de 2025.

          Y es que no tengo la menor duda, la sociología proporciona la descripción, el análisis, la interpretación y, en ocasiones, la proyección a futuro de los hechos y fenómenos sociales que determinada comunidad experimenta en cierto momento histórico, y uno de los ejemplos que se puede utilizar para explicar mis palabras, es el proceso electoral judicial en el que el país está inmerso, principalmente a través de la identificación no sólo de las propuestas sino también de las virtudes y defectos de quienes participan para obtener alguno lo los encargos en disputa.

          El sociólogo Pierre Bordieu dijo que todo ser humano cuenta, en positivo o en negativo, con tres atractivos personales: capital económico, capital social y capital cultural. Y como se puede ver a simple vista, estos atractivos o capitales se explican por sí solos con su simple enunciación. Y estos atractivos o capitales, sin lugar a dudas, los tienen las personas que aspiran a formar parte del nuevo Poder Judicial Federal, ya sea como ministras o ministros, magistradas o magistrados, y juezas o jueces, ya que todas y todos cuentan con solvencia económica, con reconocimiento y apoyo de sectores de la sociedad, y con cierto grado de educación y cultura.

          Por su parte, la socióloga Catherine Hakim agrega un cuarto atractivo: el capital erótico, al cual define como "una combinación de atractivo físico y social, que da a algunos poder en todas las relaciones sociales y le ayuda a ser más exitoso en la vida". Pero no se queda en la definición, sino que también sus componentes: belleza, atractivo sexual, don de gentes, presentación y la sexualidad misma, aunque esta última práctica corresponda al ámbito privado de cada ser humano.

          Así, y en un acto de adecuación a la realidad nacional, se puede plantear una hipótesis de investigación sociológica orientada a identificar y comprobar qué capital o capitales de los arriba mencionados, van a tener mayor peso a la hora de que la ciudadana o el ciudadano emita su voto el día de la jornada electoral. O planteado de otro modo, vale preguntar qué capital determinará el triunfo de tal o cual aspirante: el económico, el social, el cultural o el erótico. ¿O varios a la vez?

          Esta incógnita basada en los conceptos de Bordieu y de Hakim, puede verse enriquecida con la suma de al menos un par de variables: 1.- el capital político que cada aspirante tenga tras de sí; y 2.- la historia de vida profesional de cada aspirante. Y es que en procesos electorales como el México está viviendo, es relevante no perder de vista dos máximas populares: 1.- "dime con quién te juntas y te diré quién eres"; y 2.- "por sus obras los conoceréis".

          No está de más decir que estas palabras mías se circunscriben al caso de que se vaya a ejercer el voto, porque en el caso contrario, otras serían las variables y la hipótesis. ¿O serían las mismas?





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