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Morena debería reconsiderar con rigor autocrítico la pertinencia de renovar a su Comité Ejecutivo Nacional

Morena debería reconsiderar con rigor autocrítico la pertinencia de renovar a su Comité Ejecutivo Nacional, así como procedió este agosto cuando eligió los 300 Delegados integrantes del Consejo Nacional, aunque opino que nada tuvo de democrático reconociéndose entre sus liderazgos las prácticas fraudulentas de compra y coacción del voto, acarreos y demás artes ilegales que arrastran desde su ancestral militancia de muchos en el PRI. Mario Delgado es un presidente limitadito para lo que viene.

La Elección General del 2 de junio de 2024 para renovar la Presidencia de la República, Senadurías y Diputaciones, integrantes de los «Poderes de la Unión», por voluntad popular de 93 millones 747 mil 627 electores en lista nominal del INE, al 26 de agosto, supera en todo los desafíos de las votaciones del 6 de junio de 2021 por ese «Pequeño Gran Diferencial», sumado a que otra vez en lo local se renovarán alcaldías y/o congresistas, y en el país 9  gubernaturas.

Son muchos los intereses y las exigencias. Se requiere un personaje que tenga la expertiz política conciliadora que no tiene Mario Delgado, quien poco o nada ha logrado hacer ante las muchas corrientes que convergen al interior de Morena. Su ascenso al liderazgo nacional no quedó exento de la controversia, en medio de la polarización esa ocasión exponencialmente intensa, con los muchos se engancharon como comparsa en una simulación de libre apertura.

  

Aún menos control interno hay con un Ricardo Monreal Ávila quien le ha hecho mucho daño con sus afines liderados por Alejandro Rojas Díaz Durán, sumados a Beta Luján, Yeidckol Polevnsky, entre otros que igual soterrados en pequeña o gran medida han hecho su aportación a un «Movimiento», a nada de explotar, a la vista de todos.

Los resultados logrados en 2021 en cuanto a gubernaturas, alcaldías y congresos estatales se debió a la preponderante figura del Presidente de la República, sin quien Morena es nada porque en él reside todo.   

Un «Diferencial» que sólo Alejandro Encinas Rodríguez, es poseedor como líder auténtico forjado en la izquierda capaz de cohesionar todos los intereses y ambiciones contrapuestas. Capacidades e institucionalidad que se requieren y de ello sabe mucho el aún Subsecretario de Gobernación para coordinar un desafío tan sensible como trascendental.

Mantener a raya a las «Corcholatas» no es asunto sencillo, comenzando por las que pujan por quedarse con la candidatura para el cargo de Presidente de la República, previsto para el último tramo de 2023.

Un proceso interno que desde Palacio Nacional se dio la instrucción de utilizar el método de las encuestas para definir a quien en la eventualidad del triunfo en las urnas recibiría el Símbolo Patrio que representa la Banda Presidencial con el Águila Real en el pecho.   

 

Las encuestas, inscritas entre las modalidades  en los estatutos de Morena, aunque no guste sería la única vía que evite una mayor fragmentación, con el instrumento técnico metodológico y empresas a cargo de los muestreos, que habrá de gestionarse de común acuerdo, entre «Corcholatas» y su respectivos representantes, previo al inicio de los 60 días de precampaña, previstos en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

La Elección Macro de 2024 requiere en el liderazgo de un político con oficio y formación, y no de un personaje carente de estos atributos como ahora se tiene en el «Movimiento» y en la oposición. Urge un perfil con nervios de acero, corazón caliente y cabeza fría, para asumir el rol de un estratega que sepa mover las piezas según la lectura de la prospectiva analítica momento a momento.

El sólo logotipo, ni la alianza, ni el nombre del personaje, para nada garantizan el propósito sino un táctico trabajo que cale a la estructura de comités de base, armonizando las candidaturas federales y locales.

Ganar la Presidencia de la República tiene que ir de la mano con congresistas, gubernaturas y alcaldías afines que les afiance el proyecto.

A la oposición no se puede discriminar ni dar por muerta, porque si bien no tienen «Tiro» para la presidencial sí los tienen para las demás posiciones en juego.

eduhdez@yahoo.com