Trump, AMLO y los déficits comerciales

Trump, AMLO y los déficits comerciales

Se ha hablado repetidamente de las semejanzas entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador. Creo que la analogía es menos absurda de lo que parece, si nos alejamos de las idioteces de tipo: AMLO es mexicano, Trump norteamericano; AMLO es de izquierda, Trump de derecha; AMLO quiere al pueblo y es austero, Trump es rico, ostentoso y desprecia a las mujeres. No se trata tampoco de construir similitudes tan abstractas que no sirvan de nada: ambos deben su éxito electoral al resentimiento de sectores sociales desamparados; ambos son “populistas”, es decir apelan a los peores sentimientos de la gente y buscan relacionarse con las masas sin mayor mediación que Twitter o Youtube. Pero en algunos casos concretos, hay cercanías interesantes.

Tomemos un tema algo técnico: el déficit comercial de un país con otro, esto es, de México con Estados Unidos en algunos rubros, de Estados Unidos con México en su conjunto. Trump y sus principales consejeros comerciales –Steve Bannon, Stephen Miller, Peter Navarro- han insistido con vigor –o virulencia- en que el déficit comercial de EU con México y China es intolerable, ya que demuestra una “tomadura de pelo” por parte de esos países a EU, y una transferencia de empleos y de riqueza de su país a los demás. No es del todo cierto, pero sí encierra una dosis de verdad: según las cuentas de Trump, México ha acumulado a lo largo de los últimos 15 años un superávit comercial con EU de 5% del PIB anuales; si nos vamos a la balanza de bienes y servicios, llegamos a 10% del PIB, o 120 mil millones de dólares anuales de superávit nuestro con ellos. Esto en sí no es bueno ni malo: depende de que se importe, que se exporte, como se compensa en la cuenta de capital, y hasta que punto el déficit norteamericano refleja un “plus” para el consumidor norteamericano: paga menos por los bienes importados. Pero para Trump y sus asesores, la clave yace en una idea etérea de soberanía, de “ America First” y de que un déficit comercial abultado y permanente es nocivo para su país. Es un problema estratégico

López Obrador ha manifestado ideas análogas en su libro 2018. La Salida. Sobre todo en dos temas: energía y agricultura. Quiere construir y reconfigurar refinerías para “dejar de importar 653 mil barriles diarios de gasolina... El objetivo debe ser industrializar la materia prima y ya no vender ni un solo barril de petróleo crudo al extranjero, a fin de generar empleos y utilidades en beneficio de los mexicanos.” O como dice también, “darle valor agregado a la materia prima significa generar empleos... y ser autosuficientes”.

En cuanto a la agricultura, AMLO dice: “Por cada dólar en alimentos que México importa no solo transfiere al exterior divisas escasas que podrían utilizarse para otros fines, sino que pierde empleos rurales... Se apoyara a los productores nacionales con subsidios y créditos para alcanzar la soberanía alimentaria y para dejar de comprar en el extranjero lo que consumimos.” En el fondo, AMLO plantea la necesidad de un superávit comercial en agricultura también, y la autosuficiencia en por lo menos  maíz, frijol, arroz,  sorgo, trigo, carne de res, de cerdo de pollo y pescado.

Para concluir: Trump y AMLO coinciden en que es mejor producir ciertas cosas –cada quien las suyas- dentro de su país que importarlas. No cuenta si dicha producción refleja en términos ricardianos la utilización óptima de capital y trabajo, o si hay otros productores más eficientes de los mismos bienes (o servicios). Existen razones estratégicas para producir determinadas cosas –coches, alimentos, gasolinas- dentro del país, y no en el exterior. Incluso para quienes nunca hemos sido adeptos de las teorías de las ventajas comparativas en el comercio internacional, el planteamiento resulta hoy de un gran simplismo. Por parte de ambos.